El curtido orgánico de cuero fusiona técnicas antiguas y ensayos actuales.Se trabaja con elementos vegetales no sintéticos (como avena, entre otros) y las ventajas son que resulta más barato, no afecta la salud y es más limpio tanto para el curtidor como para el ambiente.
“El curtido se adecua a cada región: no es lo mismo curtir en una zona seca que en una húmeda, ya que las proporciones y los elementos utilizados varían. Por ejemplo, cuando capacitamos a productores ovinos de Misiones se han utilizado cáscaras de urunday o curupay –árboles de la zona- como estabilizantes”, explica Cacho Aciares, riojano y especialista en curtido orgánico de cueros. Aquí se puede contactar con su página de Facebook.
Cacho, de abuelo soguero y padre que trabajaba el cuero, fue experimentando de chico con las técnicas que usaban ellos con productos vegetales. Le dio buenos resultados y desde hace muchos años se dedica a enseñar.
“Yo no me guardo ningún secreto porque el egoísmo nunca termina bien. También enseño comercialización para que la gente pueda vender sus productos y eso los estimule más todavía. Cada vez que hago un curso dejo alguien como referente para que siga capacitando al resto”.
Así fue que lo llamaron de la Cuenca Ovina del sur de Misiones, una iniciativa donde participan organizaciones nacionales, provinciales y municipales interesadas en apoyar a productores ovinos y caprinos de la zona y se trabajó durante 9 jornadas para que el productor realizara todo el proceso del curtido, desde la faena hasta el producto final de cueros caprinos, ovinos, equinos, vacunos y de cerdos. Participaron 22 productores de 5 localidades distintas.
“Se trata de un proceso más económico y más ´limpio´ porque no se utilizan los productos químicos de los curtidos tradicionales. Se usa tanino, alumbre, sal, harina de trigo, avena, aceites vegetales y detergente, nada más. El proceso es un poco más largo que el convencional pero es más económico y mucho más agradable para hacer; además, no daña la salud”.
Actualmente Cacho está dando clases en Villa Unión, La Rioja, en una escuela de formación técnica donde se capacita a las personas para que tengan salida laboral. De este modo se la logrado beneficiar al pequeño productor de cabras de la zona, que antes tiraba los cueros y ahora los aprovecha.
“Además estamos cerca del Parque Nacional Talampaya, así que tenemos turistas todo el año. Por lo tanto hay un mercado para vender estos productos que complementan la economía familiar”, resalta Cacho.
“La gente tiene muchas ganas de aprender, lo toman muy bien, con seriedad, y se nota que quieren crecer aprovechando lo que tienen, por eso me dan ganas de enseñar todo”.