Facundo Alvira es un ingeniero agrónomo que trabajó durante 18 años como asesor de empresas agropecuarias, aplicando las recetas que había aprendido en la universidad. Entrevistado por Bichos de Campo, comienza su presentación como si formara parte de un grupo de adictos que lamentan su pasado: “Estuve 18 años en el agronegocio”, dice a cara descubierta, como si fuera un pecado. A partir de 2014, este productor de Trenque Lauquen decidió cortar con todo lo que antes había hecho. “Hicimos un cambio en el eje, en el paradigma, y nos empezamos a abocar a otro rol que creemos mucho más importante para este cambio, que es el de educador”.
Facundo integra ahora junto a otro agrónomo de Lincoln llamado Damián Pettovello una “comunidad de aprendizaje” para enseñar a quien quiera oirlo sobre la agroecología y la agricultura regenerativa. “La regeneración no es más que trabajar con los procesos del ecosistema”, define Alvira.
-¿Pero regenerar qué?- le preguntó Bichos de Campo.
-Todo lo que se conoce como agronegocio, que vino a partir de la revolución verde en la década del ´60, luego con la modernización conservadora en la década del ´80 y lo que es el actual modelo de agronegocios que vino a partir de la década del ´90 son modelos productivos degenerativos no sólo de la tierra, sino de los procesos del ecosistema- nos contestó.
Alvira trabaja en un proyecto de producción agroecológica llamado Tekoporã, cuya declaración de propósitos es la de educar más que asesorar. “Decimos que somos educadores, y por eso hago la diferencia con el asesor, el cual va y dice cómo hacer las cosas. El educador en cambio tiende a demostrar con el ejemplo acerca de cómo se están haciendo las cosas”, diferenció.
Según este agrónomo, los actuales procesos productivos “son procesos extractivistas en general; no son para nada sustentables y hay indicadores que lo muestran”. Como mejor ejemplo citó un reciente informe del INTA que definió que “la materia orgánica cayó en los últimos años más del 50% en toda la región pampeana”.
Mirá el reportaje completo a Facundo Alvira:
Al perder los suelos su capital más importante, su salud, el productor agroecológico afirma que es necesario aplicar un modelo regenerativo. “Lo que hace este modelo es articular los procesos del ecosistema y restaurar la salud del suelo. El cambio de paradigma principal es que el suelo no es un mero sustrato sino que es un organismo vivo”, explicó. Bajo este razonamiento, los suelos pueden enfermarse, pero también pueden sanar.
“En ese proceso de sanación debemos trabajar con estos principios agroecológicos, para gestionar agro ecosistemas que sean altamente biodiversos y sustentables. Nosotros promovemos la biomímesis, que consiste en imitar a la naturaleza, entenderla y trabajar con ella”, remarcó.
Facundo explicó más a fondo el concepto: “Un monocultivo o lote de soja completo, o de trigo o de maíz, no es algo natural. Entonces esa homogeneidad genera un desequilibrio y ahí es donde viene el concepto de plaga, de malezas y de enfermedades. Al tener la naturaleza alta biodiversidad de especies de plantas, con distinto rango etario, con dinámica de comunidades, encima con animales, genera impacto positivo cuando es bien conducido y manejado”.
“En la naturaleza todo está relacionado con todo y no se puede separar, por ejemplo ganadería de agricultura. Eso más bien se llama ‘reduccionismo’, porque separa o divide cosas que están unas relacionadas con otras. De un lote o potrero no podemos eliminar al herbívoro, porque sino está faltando algo dentro de esa dinámica. Eso es uno de los cuatro procesos del ecosistema y se llama ´dinámica de las comunidades´. El rol del herbívoro en el ecosistema es fundamental. No lo podemos eliminar”, remarcó el productor.
Y remarcó: “La regeneración implica salir del reduccionismo para hablar del enfoque holístico o integral”.