Los números son apabullantes. La recaudación por los anticipos de IVA que pagan matarifes y frigoríficos han crecido hasta seis veces, y pasaron de 30 millones de pesos mensuales a cerca de 180 millones, desde que la AFIP y la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA), a cargo de Marcelo Rossi, implementaron el sistema de los permisos anticipados de faena. Según los registros oficiales, luego de tres años de vigencia, el nivel de cumplimiento de los faenadores no baja del 98%.
En función de tan notables resultados, Rossi se permitirá aflojar algo la cuerda y en un contexto difícil para quienes venden carne al mercado interno, devolverá los avales que depositaron los frigoríficos y matarifes cuando se puso en marche este sistema de control, allá por 2016. Se trata de una suma de dinero o valores proporcional a la faena de cada firma, que se debieron inmovilizar como garantía ante posibles multas. Pero como la inmensa mayoría cumplió con el sistema (anticipar a AFIP una suma de dinero a cuenta de IVA y aportes patronales antes de que la ex ONCCA autorice cada faena), Agricultura consideró que no tenía sentido mantenerla en su poder. “Servirá como capital de trabajo en manos de los privados”, indicó una fuente.
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La decisión se adoptó a través de la Resolución 81, publicada este martes en el Boletín Oficial y que establece diversas modificaciones en el Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA), para facilitar y ordenar las cosas a operadores de diversos rubros del comercio agropecuario.
Allí se dice que los cambios impulsados por Rossi y el ex titular de la AFIP, Alberto Abad, para regularizar la cadena de ganados y carnes “han dado los resultados esperados en cuanto a cumplimiento y sustentabilidad, sin requerir en ningún caso la ejecución de dichas garantías” y que por eso serán devueltas a los operadores que oportunamente las depositaron en el Estado. “Las herramientas informáticas desarrolladas permiten el seguimiento en tiempo real del cumplimiento de las obligaciones” de frigoríficos y matarifes, se explicó, desechando el temor que ahora que se devuelven esos valores empiece la jarana en el sector.
No es la única caricia que la ex ONCCA brindó a los frigoríficos. En una circular que envió a las plantas se les informó además que se va a eliminar la obligación de mantener en todas las plantas un libro de corrales, para permitirles un ahorro en personal y sobre todo tiempo. Sucede que los Controladores Electrónicos instalados en todas los lugares de faena le permite al organismo contar con las listas de matanza y romaneo. En consecuencia, resulta muy sencillo saber las existencias que quedan en los corrales.
La modificación en el RUCA incluye otras medidas vinculadas con el comercio de productos agrícolas. Según informó el Ministerio de Agricultura:
- Se implementa para los depósitos mayoristas de harina de trigo, que realicen la actividad de “comprar, vender y/o consignar” harina y subproductos la obligatoriedad de inscribirse en el RUCA, incluyendo a aquellos que no cuenten con un depósito fijo. Esta modificación los obliga a recibir y confirmar el arribo de harina mediante el REH (Remito Electrónico Harinero) que ha sido implementado por la Resolución N° RESGC-2019-4514-E de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la cartera agropecuaria nacional. Dicha normativa entró en vigencia el pasado 1° de octubre, como también en el futuro obligará a estos Operadores a emitir un REH, para entregar la mercadería recibida a los efectos de trazar todo el movimiento de las harinas y sub-productos de trigo industrializado.
- Se crea la figura de trasbordador de carga ferroviaria, con el propósito de bajar los altos costos del trasporte de los granos a los productores, están autorizados a efectuar convenios con el ferrocarril para cargar operativos en distintos lugares, sin la necesidad de contar con un desvío ferroviario para la carga de los granos. Esto posibilita descargar y cerrar el CTG (Código de Trazabilidad de Granos) de las Cartas de Porte de transporte automotor que lleguen al lugar elegido por el productor, y generar desde allí, la Carta de Porte Ferroviaria para amparar el movimiento de los granos al destino final.
- Además se incorpora la categoría de molinos de granos orgánicos, que contempla a aquellas industrias que procesan específicamente granos que provienen de producciones orgánicas certificadas por Senasa u otros organismos competentes.