Otra rareza de la economía argentina: El precio del capón (el cerdo gordo, listo para su venta) están empatando los valores máximos obtenidos por las mejores categorías de hacienda vacuna liviana que se destina al consumo local y supera al promedio del novillo cuando históricamente mantuvo una diferencia negativa de entre 20 y 30%.
Según el informe semanal de precios del Ministerio de Agricultura, en el cierre de septiembre los precios máximos del capón tipificado fueron de 68,5 pesos por kilo vivo. Es el mismo valor que se logró en las ventas de novillitos y vaquillonas en el Mercado de Liniers en la última semana de ese mes. A la vez, los precios del cerdo superaron al promedio del novillo en el mercado concentrador, que fue de 64 pesos por kilo.
Hasta agosto de este año, el precio del capón tipificado había subido nada menos que 86% en la compración interanual y se ubicaba en casi 57 pesos por kilo vivo. Un mes después, a fines de septiembre, ya coizaba a los mencionados 68 pesos.
El fuerte incremento del valor del capón es consecuencia del mayor consumo de carne porcina en el mercado local y sobre todo del crecimiento de las exportaciones. La producción -de acuerdo a los datos oficiales- aumentó 3% entre enero y agosto (respecto de igual periodo de 2018). Una buena parte se terminó yendo a la exportación, que creció en esa lapso más del 23%. El consumo interno se mantiene firme por dos motivos. Uno es estacional: en primavera-verano hay más demanda y elaboración de chacinados. Por otro lado juega su papel la crisis económica que golpea a los sectores medios y bajos de la sociedad.
Los bolsillos se secaron y eso hizo obliga a que la gente busque alternativas alimenticias más económicas. Entonces reemplaza a la carne vacuna por las sustitutas. El primer beneficiado por esta situación fue el sector avícola, y ahora le toca al de porcinos.
Sin embargo, la alegría no es completa porque se teme que el traslado al precio de la góndola no tenga la aceptación suficiente. “Para que el cerdo se venda tiene que valer menos que el vacuno. Si eso no sucede la gente vuelve a la carne de vaca”, explicó una analista del sector.
Lo mismo señaló Francisco Luna, de la Asociación de Productores de Porcinos, quien puso en dudas sobre el futuro cercano, ya que ve al mercado local muy bien abastecido, con una oferta de carnes que permite un consumo total de las diversas carnes de 110 kilos por habitante y por año, en una economía cuya inflación sigue recortando el poder de compra los argentinos.