Los números de la ganadería son envidiables. Pero en franco contraste, la industria frigorífica exportadora cierra el año con números en rojo, tal como lo inició.
En el primer trimestre de 2025 la falta de competitividad hizo que las ventas al extranjero cayeran 20% en forma interanual. Con el paso de los meses se recuperó la rentabilidad, pero en los últimos meses del año la baja de los valores de la carne, la suba de costos operativos y sobre todo el fuerte incremento en el valor del ganado generan fuertes pérdidas.

Maximiliano Morello, CEO del frigorífico Forres Beltrán, analizó en un documento de FIFRA, la Federación de Frigoríficos Regionales, lo que está pasando con las exportaciones de carne vacuna: “Hace 5 meses que venimos operando a pérdida, esa situación no se puede sostener por más tiempo”, indicó.
La exportación de carne vacuna atraviesa uno de los momentos más complejos de los últimos años. Morello reconoció que la industria está trabajando con pérdidas sostenidas en sus principales mercados.
“Se está perdiendo plata con la Unión Europea y con China”, afirmó Morello, y luego explicó que esas pérdidas llegan a los “300 a 400 dólares la tonelada” en el caso de China tomando como referencia un precio de exportación de 5.350 dólares por la vaca en 6 cortes. “Si se vende a menos las pérdidas son mayores y pueden alcanzar a los 500 dólares por tonelada”, aclaró.
En el caso de la exportación de carne de novillo a la Unión Europa, el empresario contó que las pérdidas son de 500 dólares por tonelada, siempre que se logre una buena integración del resto de los cortes con destinos como Estados Unidos o vendiendo en buenos precios los cortes de la rueda en China.
La situación de la industria es “crítica y se va agravando porque llevamos un período prolongado en esta condición”, aseguró el CEO del Grupo Beltrán, quien se refirió también a lo que pasa con el consumo interno. El diagnóstico tampoco es optimista.
“En el mercado interno año a año va perdiendo kilos de consumo por habitante. Y esa demanda, con el último aumento significativo del precio de la carne, está acusando un nuevo golpe”, describió. A ese escenario se suma un factor que marcó con preocupación: la informalidad creciente. “Competir con la informalidad es muy complicado”.

Según explicó, la falta de controles contribuye a que crezca la oferta de carne en negro y eso distorsiona el mercado. “Cuando hay esas situaciones en las que se encarece un producto mucho, se favorece al mercado ilegal. Y si no hay controles, más fácil todavía”, sostuvo.
Así, el escenario actual muestra una industria frigorífica atrapada entre precios internacionales deprimidos, escasez de hacienda y un mercado interno deteriorado por la informalidad, mientras las empresas intentan sostener la actividad sin poder revertir meses consecutivos de resultados negativos.
La planta dirigida por Morello integra el Grupo Beltrán, que opera un total de ocho plantas distribuidas en distintas provincias. Tres de ellas están en la ciudad de Córdoba (Novara, La Superior y Busto y Beltrán del que tienen parte del capital accionario), mientras que las demás funcionan en Villa María, San Francisco y Morteros.
A ese esquema se suman una planta ubicada en Catamarca, denominada Natilla, y la más nueva y de mayor escala, situada en Santiago del Estero.
Además tiene dos feedlots, uno en Santiago del Estero con capacidad para 12.000 cabezas y uno en San Agustín con capacidad para 25.000 cabezas. Además posee una planta de procesamiento y refinado de grasas animales y aceites vegetales que es dueña de la marca Dánica.
La nave insignia del holding es el Frigorífico Forres Beltrán, ubicado en la localidad de Forres, sobre la Ruta Nacional 34, a la altura del kilómetro 798. En ese establecimiento, que fue inaugurado hace 15 años, la capacidad de faena es de 19.000 vacunos por mes. De lo que produce el 40% se destina al consumo interno y el 60% a la exportación.




