Son pocos los sectores laborales en los que la paridad entre hombres y mujeres se evidencia con más o menos fuerza. El sector agroindustrial no escapa a esa lógica y, aunque todavía hay mucho camino por recorrer, se han registrado algunas mejoras.
De los 4,2 millones de personas que emplean las cadenas agroalimentarias y sus servicios conexos, 1,2 millones de trabajadores del agro son mujeres, es decir trabajadoras. Lo confirmó un relevamiento realizado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) y la Asociación Civil Las Chicas del Agro, que mostró que en los últimos 5 años se sumaron al sector más de 200 mil mujeres, entre productoras, técnicas, ingenieras y emprendedoras.
A pesar de ser celebrada por las economistas que están detrás del cálculo, la cifra está muy lejos de ser un ideal. Y basta con observar la distribución de esos puestos para visualizar que solo aumentó la presencia femenina en algunos rubros particulares.
Según detalló el documento de FADA, dentro de la producción primaria solo un 14% de los cargos son ocupados por mujeres, es decir poco más de 1 cada 10. La cifra se mantiene igual para el rubro de los insumos, y aumenta apenas un 3% para el transporte y la logística.
“Muestran menor presencia femenina, ya que históricamente se asociaron a tareas más físicas y tradicionalmente masculinizadas”, se indicó.
Por el contrario, el rubro del comercio sí mostró un crecimiento considerable, pasando a tener un 41% de puestos ocupados por mujeres. Solo fue superado por el sector de los servicios, donde la presencia de ese género alcanzó un 43%.
En términos generacionales, el trabajo destaca que el aumento de la participación femenina es mayor entre las menores de 30 años, lo que –señalaron las autoras- “proyecta un futuro más equilibrado y prometedor para el empleo agroindustrial”.
“La irrupción de la tecnología es un gran motor de este cambio. La automatización y la digitalización están borrando la histórica asociación de ciertas tareas con la fuerza física. Hoy, las mujeres acceden a roles de alta capacitación técnica y operativa: desde la conducción de tractores y cosechadoras de última generación y la operación de sembradoras, hasta el manejo de drones, la gestión inteligente de la logística, entre otros”, indicaron desde FADA y Las Chicas del Agro.





