Aunque las especulaciones por un nuevo retraso en la entrada en vigencia del reglamento antideforestación de la Unión Europea se acumulan, por ahora el esquema actual marca que el próximo 1° de enero la normativa se volverá efectiva. Eso implicará que los exportadores que envíen productos a ese destino certifiquen que estos no provienen de campos no deforestados desde 2020.
En el caso particular de Argentina, lo que está en juego es la exportación de harina soja y carne vacuna. Gerardo Leotta, asesor del Consorcio ABC e investigador del Conicet, dijo que “el estado es de incertidumbre” y que “aún no hay decisiones definitivas al respecto”.
Sin embargo, adelantó que se vienen dos reuniones muy importantes que definirán la cuestión. “Son el 24 de noviembre y el 15 de diciembre en la Unión Europea, donde las autoridades decidirán qué escenario se adoptará”, contó.
A continuación, indicó que hay tres escenarios posibles: “El primero, y el más optimista desde la mirada argentina, sería una postergación por un año, lo que extendería la fecha límite hasta diciembre de 2026”.
El segundo escenario, agregó, sería el inicio del cumplimiento con controles estrictos en las aduanas y en los frigoríficos, pero sin sanciones durante un período de transición de seis meses.
“Este período, que también se conoce como fase de neutralidad, permitiría a los importadores y productores enviar productos con una mayor cantidad de información, sin penalizaciones”, explicó Leotta.
Finalmente, el escenario más complejo sería que, si no se logra un acuerdo entre los países miembros, el reglamento se aplique tal como está previsto desde el 1 de enero de 2026, con posible análisis y sanciones económicas en los importadores en aquellos casos donde se detecten desvíos o incumplimientos.
El investigador del Conicet también resaltó que se viene “trabajando de manera muy activa con diferentes importadores y representantes en Alemania y Países Bajos, logrando un buen vínculo que facilitará la adaptación al nuevo escenario”.
Aún así, admitió que todavía “existen muchas incógnitas respecto a cómo las autoridades de aplicación de cada país interpretarán y usarán los datos del sistema”. En ese sentido, expresó que “el proceso necesita de un intercambio constante, de conocimientos y de confianza mutua”, lo que será la clave para que Argentina pueda sortear con éxito este nuevo desafío.
En relación a la respuesta de Argentina, Leotta destacó que los avances en la preparación para este escenario. La implementación del sistema informático Visec Carne, que ya cuenta con más de un millón ochocientas mil imágenes analizadas, y que registra a más de 40 importadores de distintos países de la Unión Europea, representa un paso importante.
“Ya tenemos registrados aproximadamente 500 campos ganaderos y unidades productivas, y estamos invitando a todos los productores, consignatarios y frigoríficos a que se sumen”, sostuvo. La plataforma, explicó, permite verificar si los animales o productos cumplen con los requisitos necesarios para ingresar a la UE, asegurando que todo el proceso sea transparente y verificable.
“El objetivo es que toda la cadena productiva esté registrada y pueda demostrar el origen y el cumplimiento de las normativas, para facilitar el cumplimiento del reglamento y la entrada de la carne argentina en ese mercado”, concluyó.





