El lunes por la noche hubo un temporal de viento en Urdampilleta, una localidad a 50 kilómetros de Bolívar. El fenómeno causó destrozos en el pueblo y en las zonas rurales, mientras fue acompañado por una lluvia torrencial de hasta 180 milímetros que no hizo más que agravar una crisis que lleva meses.
La situación tiene impactos de todo tipo. Además de las pérdidas económicas y productivas hay daños severos en la vida de las personas. Las fotos son elocuentes sobre como vive esa zona esta inundación.

Fernando Carretero, productor de la zona, contó a Bichos de Campo que “mis padres viven en el campo y hace dos semanas mi padre tuvo una crisis cardíaca pero no se pudo atender porque no había forma de acceder al campo. Parece que viviéramos aislados en la cordillera cuando estamos en el medio de la pampa húmeda”.
Luego indicó: “Mi viejo dice que esto es peor que la inundación de 1985, acá se llevó puesto todo el agua, y ahora el tornado arrasó con la infraestructura. En el pueblo se volaron más de 40 techos, 100 postes de luz estaban rotos, dejando a toda la comunidad sin agua ni energía. Además, se registraron daños en tinglados en las zonas rurales”.
La falta de caminos transitables, un problema recurrente, pone en riesgo la vida de los productores y sus familias
“Los caminos están igual o peor, no hay respuesta del municipio ni de la provincia. La infraestructura hídrica es nula, y todo en la zona está sumergida en agua. Hoy, más del 80% de los campos en la zona están bajo el agua, y las napas no bajan. La soja, el maíz, todo quedó destruido”, explicó Fernando.
Aunque ahora la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, promete actuar en la zona, hasta aquí la falta de asistencia oficial es evidente. Por el lado del gobierno bonaerense, las ayudas provinciales llegaron en forma de Guardia Civil y alguna asistencia mínima, pero la comunidad siente que está abandonada. El intendente, según comentó Fernando, realizó una breve visita pero sin resultados concretos o soluciones duraderas.
La situación impacta también en la salud y en la vida diaria de las familias. La carencia de caminos habilitados impide acceder a medicamentos, servicios de salud, y a la escuela, agravando la crisis social y sanitaria. Fernando relata que su padre, con problemas cardíacos, quedó aislado en el campo, sin poder obtener atención adecuada.
“Vivimos en la Pampa Húmeda, que genera riqueza, pero en realidad estamos abandonados en medio de una crisis que no se resuelve. Necesitamos que el Estado nos acompañe, que se hagan obras de infraestructura, caminos y soluciones a la altura de la problemática”, concluye el productor.




