En Tandil, los quesos no solo hablan de sabor, tradición y turismo. Este octubre, también hablaron de salud. Desde hace siete años, el Clúster Quesero de Tandil lleva adelante una campaña tan original como necesaria. “Queso Rosa” es una iniciativa para concientizar sobre la detección temprana del cáncer de mama. Los productores pintan sus quesos con un color inconfundible -un rosa fuerte y simbólico- para invitar a conversar, preguntar y, sobre todo, actuar a tiempo.
“El rosa en la góndola despierta curiosidad. Y esa curiosidad salva vidas”, resumió Lucio Rancéz, coordinador del clúster, en diálogo con Bichos de Campo. No es una exageración: gracias a esta acción, varias mujeres pudieron detectar a tiempo un nódulo o una lesión que de otro modo habría pasado inadvertida.

Todo empezó en 2019, cuando dos integrantes del grupo, Mariano Berenstein y Aldo Antonutti, propusieron teñir los quesos con una pintura vinílica especial. Lo que comenzó como un gesto simbólico dentro de una sola empresa, se convirtió pronto en una campaña colectiva: hoy las 20 pymes que integran el clúster participan activamente y muchos de sus clientes ya piden “los quesos rosas”, como si fuese una edición esperada del año.
Pero el impacto no se queda en lo visual. Cada queso rosa implica una acción concreta: con el dinero recaudado por su venta el grupo de queseros financia mamografías gratuitas para mujeres de bajos recursos en los centros de diagnóstico locales y el sistema de salud municipal. Este año, la campaña puso el foco especialmente en la mujer rural.
“Las chicas del grupo Vos están recorriendo los parajes rurales con el proyecto Mate con Vos, charlando, compartiendo una picada y concientizando. En esas charlas también se entregan los turnos para las mamografías”, explicó Rancéz. En total, ya llevan más de 130 estudios gratuitos realizados este año.
El Grupo Con Vos está integrado por mujeres que atravesaron el cáncer de mama. Su misión es brindar contención emocional, información y espacios de encuentro para desmitificar la enfermedad y alentar la importancia de los controles periódicos.
El Clúster Quesero de Tandil, por su parte, se sumó desde los inicios con la propuesta de visibilizar la campaña a través de uno de los productos más representativos de la región: el queso. Cada octubre, los productores elaboran quesos con corteza rosa y participan de actividades solidarias.

La iniciativa cuenta con el apoyo de instituciones locales como el Sistema Integrado de Salud, el Sanatorio Tandil, Diagnóstico de Martino, Diagnóstico Casanova, Dres Marcelo Jaimovich y Asunción Méndez Uriondo, el Sistema Integrado de Salud Pública Municipal y la Dirección de Género, entre otros.
“Acá pasa algo lindo: cuando se trata de este tipo de causas, todos nos ponemos de acuerdo rápido”, resumió Rancéz.
El Clúster Quesero de Tandil, una localidad que ya se hizo famosa por sus salamines, nació hace trece años, aunque su historia empezó antes, con los primeros intentos de los productores por organizarse. Hoy lo conforman unas 20 empresas pequeñas y medianas, muchas de ellas familiares, que trabajan de manera colaborativa. Algunas son tambos, otras se abocan a la producción de queso o comercios regionales, y varias integran toda la cadena: producen la leche, elaboran aquel subproducto y lo venden directamente.

“No son grandes fábricas industriales. Son pymes que transforman entre 3.000 y 5.000 litros de leche por día, algunas un poco más, pero todas con un fuerte arraigo local. Por eso el queso de Tandil tiene tanto valor simbólico”, contó Rancéz.
Además de trabajar por la competitividad del sector, el clúster sumó ahora con fuerza la idea de la responsabilidad social y el compromiso comunitario. “Lo del Queso Rosa es algo que se va de lo comercial. Tiene un impacto concreto, y eso nos llena de orgullo”, dijo su coordinador.
La movida solidaria también se cruza con otro clásico tandilense: la Fiesta del Queso Tandilero, que este año se celebrará los días 6, 7 y 8 de diciembre. Allí, los productores no solo mostrarán sus mejores quesos y compartirán degustaciones, sino que también aprovecharán para difundir los beneficios nutricionales del consumo de lácteos y seguir promoviendo hábitos saludables.
En otras ediciones, incluso, el clúster participó de campañas vinculadas al mes de la osteoporosis, regalando quesos a quienes se realizaban densitometrías. “El queso no es solo un producto rico: aporta proteínas y calcio, y forma parte de una buena nutrición”, recordó Rancéz.
Tandil, con su perfil turístico y gastronómico, encontró en este grupo de productores una marca colectiva que une identidad y compromiso. Los quesos de la ciudad hoy viajan a todo el país, pero mantienen el espíritu de siempre: hechos por familias, con oficio y con una fuerte vocación comunitaria.
Y si en octubre algunos se tiñen de rosa, no es casualidad. Es la señal de que, en Tandil, la solidaridad también tiene sabor.




