Más de 1.100 ovejas y 200 cabras circularon este domingo por las calles céntricas de Madrid, la capital de España. Lejos de ser una protesta, sucedió durante la Fiesta de la Trashumancia 2025, un evento social e histórico que busca reivindicar la ganadería extensiva española como herramienta para la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
La particular fiesta es organizada por la Fundación Trashumancia y Naturaleza y el Ayuntamiento de Madrid desde 1994. Cada otoño el el Hemisferio Norte, se rinde así homenaje a los pastores, haciendo una llamada de atención sobre su importancia para la prevención de incendios rurales y para la producción de alimentos de calidad y saludables.
Los españoles consideran este tipo de ganadería como un “patrimonio histórico y cultural” de su país. Y esta fiesta se ha convertido en Madrid en una de las más esperadas tanto por los madrileños como por los turistas.
Las ovejas, guiadas por la Fundación Trashumancia y Naturaleza, salieron este domingo a las 10 de la Casa de Campo para realizar el itinerario tradicional con llegada a Cibeles en torno a las 13 horas. Fueron guiadas por grupos vestidos con trajes regionales, entre músicos y bailes tradicionales.
En la Plaza de Cibeles tiene lugar cada año la lectura de la histórica Concordia de 1418 entre la Mesta y el Concejo de la Villa, tras lo cual se hace la entrega simbólica de los “50 maravedís al millar”, el precio que se pagaba antiguamente a las autoridades por el paso del ganado.
El rebaño de ovejas y cabras que se utilizó este vez provenía desde la Sierra de Gredos y Ávila y pasará el resto del invierno en Aranjuez, cumpliendo con su ciclo trashumante.
El 2026 es el Año Internacional de los Pastizales y Pastores, declarado por la Unesco para destacar la vital importancia de estos ecosistemas y de las comunidades que las gestionan. Los pastizales cubren más de la mitad de la superficie terrestre contribuyendo a la seguridad alimentaria, evitando la propagación de los grandes fuegos, ayudando a la conservación de la biodiversidad y a la regulación del clima.
En esta celebración se sostiene que los pastores, con sus conocimientos ancestrales, desempeñan un papel fundamental en la gestión sostenible de estos paisajes, preservando prácticas tradicionales que promueven la resiliencia y el equilibrio ecológico.