El norte argentino fue castigado duramente por la sequía, a la que le siguió un episodio de lluvias hace pocos meses que dejó muchas zonas inundadas.
Las condiciones climáticas fueron tan adversas que no se salvó ni siquiera el algodón, un cultivo muy noble para las condiciones de la región, pero que por sus altos costos exige contar con escala, lo que obliga a los pequeños agricultores a buscar revancha en otras opciones.
Este año el girasol pinta bien, hay buenos precios, y la mejora de la situación climática empuja a la siembra de esta oleaginosa. La productora Alicia Tomaszuk, afincada en la localidad chaqueña de Villa Angela, es una de las que está embarcada en esa aventura.
Ella sabe que los beneficios que pueda haber con el girasol este año serán coyunturales, por lo que reclama que haya políticas públicas de parte del Estado Nacional, así como la defensa de los intereses sectoriales de parte de las entidades gremiales.
Alicia lo dice con conocimiento de causa ya que fue miembro de la filial zonal de Federación Agraria, actividad que relegó un poco por cuestiones personales.
“El poder político, por caso el kirchnerismo, se la pasó diciendo que defendía al pequeño y mediano productor, pero eso fue puro marketing. También la dirigencia cayó en el error del marketing y finalmente no hubo buenos resultados”, sostuvo en conversación con Bichos de Campo.
Para la chaqueña, “las organizaciones de productores no se han actualizado”, y en tal sentido indicó: “El sujeto que defiende la Federación Agraria no es el mismo que el de 1912. Las banderas tienen que cambiar, no el espíritu ni la filosofía, pero sí cómo se plantean los temas. Hay que tener en claro a dónde se quiere ir y como presentar los problemas a los gobiernos”.
Tomaszuk señaló que los problemas son de diferente índole, algunos están vinculados a la capacitación, otros a la conectividad, y también hay serias dificultades con la infraestructura.
“El productor necesita de capacitación no solo sobre cómo hacer un cultivo, sino también sobre su comercialización y del trabajo conjunto bajo la figura de las cooperativas”, afirmó.
Por otra parte, detalló que en muchas zonas no hay conectividad, y que aunque existe la telefonía satelital, no está al alcance de la mano de todos.
“Como si fuera poco, tenemos el sistema de electrificación obsoleto, con postes de luz de eucaliptus que se renuevan cada 20 años y cables tirados”, añadió.
La agricultora y miembro de la FAA fue critica del accionar de los funcionarios públicas: “Se gasta en cualquier cosa menos en mantener al productor que vive en el campo. El Estado se queda con más de 60% de nuestra rentabilidad que no vuelve al campo”, indicó.