En el partido bonaerense de Azul, hay un grupo de WhatsApp que se activa sin falta entre las 8 y las 9 de la mañana. Es el que coordina el agrónomo Carlos Bongiorno, que a diario recibe los datos de las precipitaciones de más de 130 puntos de esa región, tarea que realiza sin falta desde enero de 2022.
“Surgió por la necesidad de contar con datos pluviométricos del partido”, dice el también docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Centro (UNICEN). Sucede que, con más de 120 kilómetros de largo, aquel lugar mostraba grandes diferencias en los regímenes de lluvias desde el norte hasta el sur.
“Cambiaba mucho entre la zona norte, que corresponde a la localidad de Cacharí; la zona centro, que es Azul; y la zona sur, que es Chillar. Ahí se me ocurre armar este grupo de lluvias, en donde distintas personas que viven en el campo, desde productores, peones y propietarios, hasta maestras de escuela, toman los datos diarios y yo los paso a una planilla”, contó Bongiorno en conversación con Bichos de Campo.
Si bien no es el primer grupo que se crea con este objetivo, sí posee algunas particularidades que lo distinguen. “Seguimos las normas de la Organización Meteorológica Mundial para que los datos sean lo más fiables posibles”, explicó el agrónomo.
Aquello implica realizar las mediciones a las 9 de la mañana y registrar el dato como correspondiente al día anterior. Eso es especialmente importante en los días en que las lluvias se extienden de un día a otro.
“Es algo que intentamos, sabemos que es difícil. No todas las personas están en el campo a esa hora. A veces llegan un poco más tarde o no pueden llegar. Por tal motivo, yo separo entre los datos que son de mejor calidad. Hoy tenemos 183 puntos potenciales de muestreo, de los cuales unos 130 son los que están activos”, indico Bongiorno.
Esta diferencia se debe a que algunos campos que en su momento estaba alquilados, hoy no cuentan con una persona que realice las mediciones.
En el largo plazo, la información recolectada y sistematizada permitirá realizar modelos que ayudarán a entender los ciclos de lluvias, algo clave para los productores.
“Estamos esperando por ahí tener información de cinco años. Cuatro años, para hacer estadísticas, es poco. Por ahí se puede hacer una estimación un poco superficial, analizar lo que va del período, analizar las diferencias entre el norte y el sur con el centro en distintos meses, pero para hacer una estadística necesitamos unos años más. En eso seguramente va a trabajar la Cátedra de Agrometeorología de la Facultad, ya que los datos son de libre disponibilidad”, señaló el docente.
Un concepto clave que se desprende de este trabajo es el de “ciencia ciudadana”, a partir del cual Bongiorno, junto a dos pares del Instituto de Hidrología de Llanuras -Ilda Entraigas y Georgina Cazenave-, realizaron una reciente publicación.
“La publicación fue basada en la “ciencia ciudadana”, que es cuando los ciudadanos que no son expertos recolectan datos, y usan para eso distinto tipo de aparatología. Se está usando mucho en el mundo para obtener información que de otra manera es imposible. Tener 180 pluviómetros y 180 observadores a campo no es posible, además de que tener pluviómetros electrónicos por ahora es caro. Rondan los mil a dos mil dólares”, sostuvo el agrónomo.
-¿Cuáles son los casos de medición más complejos?- le preguntamos.
-Por ejemplo, entre el 31 de julio y el primero de agosto hubo lluvia, y cuesta definir cuándo es lluvia de un día y cuando de otro. Peor aún si es 31 de diciembre, que la lluvia puede ser un año o de otro. Eso me lleva un poco más de trabajo pero la gente va entendiendo que hay que ser meticuloso con las horas para no equivocar eso. También van comprobando que los datos tienen muchos usos, no solamente en el campo sino como recursos un poco más académicos y científicos.
-Finalmente pudieron mantener el grupo con éxito por varios años ya.
-Sí, yo creo que cada vez está mejor el grupo, cada vez funciona mejor.