Bayer es una de las compañías más emblemáticas de la industria química y farmacéutica global, con más de 160 años de historia. Fundada en 1863 en la ciudad alemana de Barmen (hoy parte de Wuppertal), comenzó como una firma dedicada a la producción de colorantes sintéticos. Con el tiempo, fue ampliando su alcance hacia la medicina, con invenciones como la aspirina, y la química industrial. En el siglo XX, se consolidó como un conglomerado global de innovación, con actividades que van desde la salud humana hasta la agricultura.
A partir de la década de 1990, Bayer comenzó a reforzar su presencia en el agro, desarrollando soluciones para la protección de cultivos y biotecnología. El gran salto llegó en 2018, cuando la compañía adquirió a la estadounidense Monsanto por 63.000 millones de dólares, en la mayor compra de una empresa extranjera realizada por una firma alemana.
Con esa operación, Bayer absorbió a uno de los gigantes mundiales de las semillas y la biotecnología agrícola, creador de productos como Roundup y eventos transgénicos como Intacta o la semillera Dekalb. La fusión no solo fortaleció su portafolio, sino que también trasladó a Bayer la herencia legal y reputacional de Monsanto, con miles de demandas por el uso de glifosato aún pendientes en Estados Unidos.
Hoy, Bayer opera en más de 90 países y emplea a unas 93.000 personas en todo el mundo. Está organizada en tres grandes divisiones: Crop Science, enfocada en agroindustria; Pharmaceuticals, dedicada a medicamentos recetados; y Consumer Health, especializada en productos de venta libre.
En 2024, la compañía reportó ingresos globales por 46.957 millones de euros, de los cuales el negocio agrícola aportó 22.259 millones (casi el 47 % del total), seguido por Pharmaceuticals con 18.080 millones y Consumer Health con 6.122 millones.
La unidad Crop Science, aunque la más grande por ingresos, enfrentó un año desafiante. Las ventas globales cayeron 4,3 % respecto de 2023, especialmente en América Latina, con una contracción del 18,3 % atribuida a menores precios en herbicidas, menor demanda en Argentina y Brasil, y un mercado más competitivo. El EBITDA ajustado fue de 4.227 millones de euros, con un margen operativo del 19 %.
Pese a estos números, Bayer mantiene una posición de liderazgo global en semillas de maíz, soja y hortalizas, y en productos de protección de cultivos. Su cartera de innovación proyectada para la próxima década tiene un valor estimado de 32.000 millones de euros. La empresa invirtió 2.660 millones de euros en I+D durante 2024 solo en el segmento agroindustrial, y lanza entre 150 y 200 nuevas variedades de semillas o formulaciones por año. Cuenta con más de 10.000 patentes activas.
En Argentina, Bayer tiene una presencia industrial relevante. Su sede regional para el Cono Sur está en Munro (Buenos Aires), y opera cinco plantas de producción en Zárate, Pilar y Rojas, que abastecen tanto al mercado local como con exportaciones hacia Brasil, Perú, Colombia, China y Singapur.
La filial argentina también ofrece servicios vinculados a la digitalización del agro, como Climate FieldView, una plataforma que permite monitorear el rendimiento por ambiente, tomar decisiones en tiempo real y capturar datos para programas de carbono. Bayer impulsa además el programa ForwardFarming, que promueve prácticas agro regenerativas, trazabilidad y sostenibilidad económica, y trabaja en alianza con productores y exportadores.
Si bien discontinuó el negocio de semillas de soja a partir de la campaña 2021/22 (incluida Intacta RR2 PRO), la empresa mantiene un rol protagónico en el mercado de maíz, protección de cultivos, y soluciones digitales. En fitosanitarios, lidera la oferta de herbicidas, insecticidas y fungicidas con tecnologías como Fox Xpro, Belt y Roundup.
Se olvidaron la parte de la segunda guerra mundial, dónde realmente crecieron, pero bue, detalles