El virus de la Peste Porcina Africana (PPA) continúa su expansión, y ya ha llegado a otros países del sudeste asiático, como Laos, Vietnam y Corea. Esto impacta de modo significativo en el mercado internacional de carnes y promete reconvertir también a la Argentina porcina, que pasó de ser un país importador neto de carne de cerdo a comenzar a exportarla.
“Esta peste que apareció en África a principios del siglo XX se expandió a otros países, incluso a Europa, pero se masificó en China. Los productores porcinos argentinos nos reunimos con el Gobierno para abrir el mercado chino, previo a la enfermedad. Luego apareció este virus, del cual se cree que castigará al 30% de la producción mundial de cerdo”, explicó a Bichos de Campo Daniel Fenoglio, presidente de Cabaña Argentina y vicepresidente de la Asociación Argentina de Productores Porcinos .
Para tener una dimensión del fenómenos al cual nos enfrentamos, Fenoglio explicó que “China produce la mitad del cerdo de todo el mundo y además importa entre 2 y 3 millones de toneladas en años normales, mientras que Argentina produce 700.000 toneladas”.
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Con esta crisis sanitaria global, según Fenoglio, “no sé si se abre una oportunidad. Yo creo que es una contingencia que habrá que evaluar cómo se aprovecha en algunos países, ya que los volúmenes demandados son tan gigantescos que es muy difícil predecir cómo terminará todo esto. Por ahora, el que más podrá aprovechar esta oportunidad es Brasil, debido a los volúmenes exportados y a su experiencia”.
¿Podrá aparecer una vacuna para frenar la amenaza de la enfermedad? Fenoglio explicó que “al ser un virus complicado en su manejo, se cree que en los próximos 6 a 10 años podríamos tener un antídoto. Por fortuna, China tiene una muy buena organización, y por eso se cree que no demoren tanto en recuperar su producción”.
Respecto de Cabaña Argentina, la empresa que dirige, Fenoglio comentó que “forma parte del consorcio de exportación ArgenPork. Hace tres años no se exportaba carne de cerdo argentino, salvo algunos subproductos como grasa y vísceras a Hong Kong y algunos países latinoamericanos”. El último ejercicio, ese consorció cerró con exportaciones por unas 23 mil toneladas.
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“Para el mundo somos productores chicos en términos cuantitativos. De modo que necesitábamos unirnos para tener relevancia mundial en las ventas. Y así lo hicimos. Por eso el consorcio exportador porcino creció en tres años, pasando de 0 toneladas exportadas a más de 23.000 toneladas. Y hay planes para que más frigoríficos se sumen a este consorcio”, destacó.
De todos modos, hay limites muy claros al crecimiento. El problema, para Fenoglio, es que “no veremos resultados inmediatos, porque no hay tanto cerdo, y no hay instalaciones habilitadas con capacidad para exportar. Por eso llevará tiempo. No es algo de un día para el otro”.
Fenoglio destacó que la gran ventaja del sector porcino “es la rapidez del negocio, ya que si se cuenta con el dinero para las inversiones necesarias, en dos años, desde el día cero se puede estar produciendo cerdos”.
El empresario también aclaró: “Estoy seguro de que habrá nuevas inversiones, pero estamos conversando con el Gobierno los métodos de financiación porque hoy estamos con tasas casi prohibitivas”.