Bunge es una de las compañías agroindustriales más antiguas del mundo. Fundada en 1818 en Ámsterdam por Johann Bunge como una firma de comercio de granos, la empresa se expandió en el siglo XIX hacia América del Sur. En 1884, uno de sus herederos, Ernest Bunge, se instaló en la Argentina en sociedad con la familia Born.
Así nació Bunge & Born, un conglomerado que dominó buena parte de la agroindustria y la economía nacional durante el siglo XX, con intereses en molinos, aceiteras, bancos, fábricas de envases y hasta empresas químicas. A fines de los años 90, la firma inició una reestructuración global que incluyó la venta de su tradicional emblema de consumo masivo, Molinos Río de la Plata, al grupo Pérez Companc.
En 2001, reorganizó sus activos agrícolas bajo la firma Bunge Limited y debutó en la Bolsa de Nueva York. Más recientemente, en 2023, trasladó su sede legal a Suiza, desde donde hoy opera como Bunge Global SA.
En el año 2024 la firma mostró una facturación global de 53.108 millones de dólares, con un resultado neto de 2.338 millones de dólares. Aunque se trata de una baja respecto a los ingresos de los dos años previos, el volumen de negocios sigue siendo significativo para una firma que se posiciona entre los principales actores del complejo agroalimentario global.
Bunge organiza sus operaciones en tres grandes segmentos: Agribusiness (compra, acopio, procesamiento y venta de granos y oleaginosas), Refined and Specialty Oils (aceites, margarinas, ingredientes funcionales y materia prima para combustibles renovables) y Milling (harinas, mezclas panificables y derivados del maíz). El área de Agribusiness aportó más del 70% de las ventas anuales, con operaciones distribuidas entre América, Europa y Asia-Pacífico.
En Argentina, la empresa emplea directamente a más de 2.000 personas y su actividad indirecta sostiene otros 15.000 puestos de trabajo. Ese peso local se traduce también en cifras: en 2024 facturó 859 millones de dólares, lo que representa una caída del 38% respecto a los 1.386 millones del año anterior, afectada por la sequía, la baja disponibilidad de granos y la volatilidad del comercio exterior. Según su balance, los activos fijos en el país alcanzan una valuación de 195 millones de dólares.
Su red industrial en el país incluye cinco complejos operativos: Tancacha (Córdoba), San Jerónimo Sud, Puerto General San Martín (Santa Fe), Ramallo y Campana (Buenos Aires). El complejo de Puerto General San Martín procesa 8.000 toneladas diarias de soja, con capacidad de almacenaje para 370.000 toneladas de granos, 160.000 toneladas de subproductos y 48.000 toneladas de aceite, además de refinar 500 toneladas de aceite al día.
En Ramallo, su planta tiene muelle propio, capacidad de carga de 3.000 toneladas/hora y almacenamiento para 1,4 millones de toneladas de granos, 100.000 de aceite y 250.000 toneladas de fertilizantes. Otros dos nodos de crushing, Tancacha (3.600 t/día) y San Jerónimo Sud (2.200 t/día), completan una capacidad total nacional cercana a las 13.250 toneladas por día.
La joya industrial local de la compañía es Terminal 6 en Rosario (en alianza con AGD), que cuenta con una planta de crushing de 20.000 toneladas por día, capacidad de almacenamiento de más de 1 millón de toneladas en sólidos y líquidos, además de producción de biodiésel y glicerina.
En total, Bunge Argentina dispone en el país de alrededor de 23.000 toneladas/día de capacidad de crushing, posicionándose como líder del sector junto a Cargill, Viterra, AGD y Louis Dreyfus.
Ese peso se traduce también en las estadísticas de exportación. Según el ránking 2024 de empresas agroexportadoras elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario, Bunge ocupó el cuarto puesto con 7,45 millones de toneladas registradas en las DJVE, lo que representa el 11% del total exportado desde Argentina. Por encima se ubicaron Cargill, Viterra y Cofco, pero Bunge logró superar a compañías como LDC, AGD y ACA.
La empresa complementa su infraestructura con una planta de fertilizantes en Campana (adquirida a Petrobras en 2010) y otra en Ramallo (superfosfato simple), ambas con almacenamiento y logística portuaria. En San Jerónimo Sud posee una planta de envasado de aceites comestibles con capacidad de 37.500 botellas por hora. Bunge comercializa estos aceites a través de las marcas propias Alsamar, Legítimo, Primor y Siglo de Oro, y con más de 200 marcas para clientes, destinados tanto al consumo interno como a la exportación.
A nivel global, 2024 fue un año de transición. Bunge alcanzó más de 150 récords operativos en sus plantas, profundizó su programa de agricultura regenerativa en Estados Unidos y Brasil, y avanzó con su alianza con Repsol para el desarrollo de aceites vegetales como materia prima para la producción de biocombustibles de baja huella de carbono.
En paralelo, sigue en marcha la fusión con Viterra, valuada en 7.100 millones de dólares, que la consolidará como uno de los principales grupos agroexportadores del planeta.
Puntualmente, el impacto en el mercado argentino es enorme enorme, el nuevo grupo sería, por lejos, el primer exportador de granos y subproductos del país, con cerca del 25% del total nacional, lo que marcaría un cambio sustancial en la estructura del comercio agroindustrial local.