En mayo de este año, Syngenta inauguró en Orangeburg, Carolina del Sur, una nueva planta de 22.000 metros cuadrados dedicada exclusivamente a la producción de bioestimulantes agrícolas. Se trata de una instalación de última generación que tiene capacidad para fabricar hasta 16.000 toneladas por año y que, según la propia empresa, será clave para duplicar su volumen global de biológicos de aquí a 2028.
Este nuevo complejo en suelo estadounidense se suma a la red de plantas que Syngenta ya opera en Brasil, Italia, India y Noruega, y marca un paso firme en su ambición de liderar el negocio de los productos de origen biológico, que en los últimos años vienen ganando terreno como complemento a los tradicionales agroquímicos.
Con esa misma lógica expansiva, en los últimos meses la multinacional cerró una serie de movimientos estratégicos: incluyó la integración del repositorio biológico de Novartis, adquirió una startup californiana especializada en eficiencia en el uso de nutrientes (Intrinsyx Bio), y terminó de absorber formalmente a Valagro en México y Centroamérica. Todo con un mismo objetivo: acelerar lanzamientos con fuerte potencial comercial.
Latinoamérica también aparece en los planes de Syngenta como una región estratégica. “En el mundo, el mercado demanda cada vez más alimentos producidos de forma más eficiente y sustentable, y Latinoamérica es una región con una agricultura diversa y en constante evolución”, explicó Nicolás Gennaro, director de Protección de Cultivos LATAM. Y agregó: “El trabajo de la compañía para obtener un portafolio de productos biológicos de vanguardia busca seguir acompañando a los agricultores en el camino hacia prácticas cada vez más sustentables para el suelo y el ambiente”.
En Argentina, por ejemplo, la empresa ya ofrece bioestimulantes para cultivos extensivos como maíz, soja, trigo y cebada, así como también para frutas y hortalizas. Y en el corto plazo promete nuevos productos enfocados en mejorar la eficiencia en el uso de nutrientes.
Según cifras propias y de AgbioInvestor, el mercado global de productos biológicos agrícolas crece al 10% anual y podría superar los 20.000 millones de dólares hacia 2030. Syngenta apunta a quedarse con una porción grande de esa torta, y no lo oculta: en su último comunicado internacional dejó claro que busca marcar un estándar nuevo en cada una de las tres categorías que integran este segmento: biocontroles, bioestimulantes y productos NUE (nutrient use eficiente).
Con operaciones científicas en Suiza, Reino Unido e Italia, y con centros productivos cada vez más robustos, la empresa proyecta ventas por encima de los 100 millones de dólares anuales sólo en este segmento. No es poco. Pero tampoco es el final: si algo dejó claro con su nueva planta en Carolina del Sur es que el negocio de los biológicos apenas empieza.