El tambo son las vacas y también la gente que les sigue el ritmo todos los días.
Hoy 23 de febrero se conmemora la conformación de la Unión General de Tamberos, la primera entidad de productores que en 1920 dio inicio a la actividad gremial del sector en la provincia de Buenos Aires.
Para honrar este camino, entramos al Tambo Roca, uno de los sistemas demostrativos que tiene el INTA en la zona de Rafaela. Se trata de un campo alquilado donde se ordeñan 210 vacas, con un promedio de 4.000 litros diarios, en 120 hectáreas totales sobre la Ruta Provincial 70 en la zona de Presidente Roca, Santa Fe, con 112 hectáreas útiles.
Gabriel Perret es el responsable de la unidad. Hizo su formación secundaria en la Escuela Idesa de la localidad de Ataliva, donde la formación les permite conocer toda la actividad del tambo, pero también la elaboración de lácteos, entre otras actividades. Estudió después la Licenciatura en Administración Rural en la UTN y ya en 2014 entró a trabajar en la empresa tambera Las Taperitas.
“Ahí arranqué con todo un panorama bastante lindo de aprendizaje, de formación. Empecé como ayudante del encargado, del responsable veterinario de los tambos. Pasaron los años y quedé como responsable y a cargo de la parte de la reproducción de los tambos y la auditoría de animales”.
Eso le permitió empezar a manejar el sistema de caravanas electrónicas, carga de datos y análisis, a partir de lo cual se aplicó ese método en toda la empresa, que también abarca ganadería de carne y de porcinos. Para terminar sus ocho años en la empresa, ya en el área de compras y planificación, formó parte del proceso de estabulación de los rodeos.
Buscando nuevos desafíos, hace casi tres años que desembarcó en Tambo Roca donde maneja un sistema que tiene dos rodeos, Holando y cruza, con la comparación constante de los dos biotipos, que fueron parte de un convenio que habían promovido INTA, la Universidad Nacional del Litoral y CREA.
“Las cruzas con Jersey te mantienen el sistema y la vaca Holando es la que te la gana en productividad individual”, es el análisis que hace teniendo en cuenta que unas producen más sólidos y las tradicionales más litros, pero “la cruza se preña un poquito más rápido, cuando entran a comer el pasto, la vaca cruza es la que más o menos te limpia todo el lote y la Holando es un poco más selectiva”. Eso está entre lo más saliente de lo que se le muestra a las más de 500 personas que cada año pasan por esta unidad que también funciona como demostrativa.
Los rodeos tienen más cruzas que Holando, para balancear los litros, pero sobre todo para respetar con la empresa a la que remiten el acuerdo de pago por calidad para el tanque donde se deriva la leche de las cruza, con más sólidos; y por litros para la materia prima de las Holando. “El precio que cobramos, respecto a los otros dos tambos que tiene el INTA Rafaela, es lo que nos hace la diferencia.
“Sabemos que acá tenemos que tener una carga animal para la vaca cruza de 2,2 hectáreas y una vaca Holando tiene que tener 1,8 por hectárea”, por lo tanto son alrededor de 101 holandos y casi 110, 112 vacas cruza totales, que consumirán este año unas cinco bolsas de silo de maíz, para poder mejorar el rendimiento del año pasado, que fue “muy flojo”. También se complementará con algo de sorgo y los rollos que también se producen en el mismo campo.
Compran balanceado para el momento del ordeño, como iniciador para los terneros, maíz molido y algo de complemento para la dieta de todo el año.
Tambo Roca es conocido por el desarrollo en el manejo de agua que hizo el geólogo Rubén Tosolini. “El agua es del caballito de batalla, porque con un buen manejo logramos que el animal camine poco, se estrese menos, tome más agua y gane más litros”. Con dos molinos que trabajan en tándem y una bomba solar se acopia en un tanque australiano y en un vertical de 26 mil litros.
Ahora se trabaja en mejorar la calidad del agua que se usa en la higiene del tambo y también en el manejo de efluentes, que una vez cada dos meses se esparcen con estiercolera por los lotes.
Ariel es el tambero mediero del campo, y está en Roca desde hace seis años. Tiene a cargo a cuatro personas. Su esposa Mirtha es la encargada del calostrado de los terneros y del registro de nacimientos y datos. Fabián es el responsable de la guachera, pero también trabaja en recría, ordeño y limpieza del tambo. “El Turco” es tractorista, pasa el rabasto, se encarga de los comederos, pero también de las tareas en el tambo; y Gustavo está a cargo de las pasturas, el refrescado y la inseminación, además de auxiliar en la sala de ordeño.
Todos pueden reemplazarse entre sí, incluso Gabriel pasó por la fosa para ayudar con el ordeño cuando fue necesario, como en sus tiempos en la secundaria.
“Este año empezamos a trabajar un poquito más de cerca en ese sentido, porque normalmente mi función en sí es hablar con el tambero y que el tambero baje la línea. Pero me fui encontrando con muchos déficits, entonces me propuse para hacer reuniones semanales con todo el personal. Si bien debería sólo hablar con Ariel, porque el resto son sus empleados, me doy cuenta que este nuevo hábito mejora la coordinación de los trabajos y las funciones de cada uno”.
Lo que Gabriel explica es que este orden también le permite a él mejorar el manejo de sus horarios y poder entrenar crossfit mejor, en sus ratos libres, “como nunca antes lo había podido hacer en mi vida”.
“A los francos hasta el año pasado se los manejaban entre ellos, este año los manejo yo; y salen como máximo cinco días de corrido cada uno, para que todos descansen y podamos tener en el tambo”. Los cambios llegaron después de un año complejo con algo de rotación de personal y habiendo entendido que el inseminador tiene que trabajar en la estructura del campo para mejorar los resultados.
Con partos estacionados que arrancan en mayor número en marzo, la inseminación se trabaja de mayo a febrero y en la guachera están hoy con una mortandad del 5% anual.
Tambo Roca tiene una excelente ubicación, con la Ruta a 20 metros de la casa y un departamento con todas las comodides, aire acondicionado, servicios y a 15 minutos de Rafaela.
Gabriel entiende que “a quienes trabajan en el tambo hay que promoverles el compromiso y la responsabilidad. Por eso a la gente hay que darle un poquito de seguimiento y que todos entiendan por qué y para qué se hacen las tareas, que sepan y puedan resolver, pero que también se comuniquen, sobre los problemas, las necesidades”.
“Al principio es una transición difícil porque por más de que les des una herramienta, que les evite renegar o que les minimice el tiempo de trabajo, cuesta adaptarse”. El ejemplo que da Perret es del sistema de medición de leche DelPro, que requirió que Mirtha tenga ya el hábito de cargar los datos de los partos de forma inmediata para no perder información de la producción.
La clave está en capacitar al personal de forma constante. En el Tambo Roca, el INTA hace cursos de inseminación y en breve comienza uno de guachera. Este año se retomará la formación El Profesional Tambero, que repasa lo fundamental en todos los aspectos de la tarea.
Para Gabriel Perret este es un año de desafíos renovados. “Quiero tatar de darle mucho avance a Tambo Roca”, dice. “Es una responsabilidad de quien está a cargo formar a su gente todo el tiempo. Por eso insisto, es un desafío tener un vínculo con el personal, para cualquier productor o para una institución como el INTA”.
Este año en Tambo Roca se hará un proyecto de forestación junto con la Concesionaria Castro que incluye a 400 árboles para mejorar la sombra natural y poder pensar a futuro en bonos de carbono.
Existe también un proyecto de guachera colectiva para poder dejar la cria en estaca y pasar a lo que viene, la crianza de a pares sueltos.
Como en todos, en Tambo Roca el quehacer es constante, los proyectos son muchos y el día a día es lo que marca el ritmo.
Hoy más que nunca en todo el año, feliz día del tambero para todos y a seguir trabajando para hacer a una lechería argentina mucho mejor.
INTA ….INTA ……acaso no es un instituto nacional sobre el que pende la estúpida motosierra de este gobierno de criptocorruptos?