El gobierno nacional repartió este lunes el cupo de 20.000 toneladas de carne vacuna que no paga aranceles por su ingreso al mercado de los Estados Unidos. Por fuera de esa cuota se debe abonar una tasa del 26,4%.
Ese mercado se volvió más interesante para los exportadores del Cono Sur (Brasil o Uruguay, además de la Argentina) debido a la creciente necesidad de hacerse de carne, como consecuencia de la caída de su stock bovino que se ve potenciado por el proceso de retención en que se encuentran los ganaderos.
La recurrencia de las sequías llevó a que los productores estadounidenses se desprendieran de hacienda y ahora falta ganado para abastecer a las industrias y carne para su consumo y negocios de exportación.
De acuerdo con las últimas estadísticas publicadas por el IPCVA, las ventas a ese destino se mantuvieron en valor en torno a los 5.500 dólares. El aumento de precios fue de sólo 2% respecto del 2023, pero en toneladas el crecimiento fue de 43%.
En los primeros 11 meses del año pasado se despacharon 31.000 toneladas peso producto los que significan 44.000 res con hueso.
En el caso de Brasil las ventas también aumentaron y de hecho ya cumplió ese país con el cupo “Otros Países”, que suma 60.000 toneladas.
Si bien se trata de un mercado chico todavía para Argentina, a nivel global Estados Unidos le compite a China y esto alentaría subas en los precios en 2025.
Miguel Jairala, del Consorcio de Exportadores ABC, dijo que “por primera vez en 2024 Argentina exportó 27.000 toneladas por fuera del cupo”. El volumen no parece alto teniendo en cuenta que Uruguay exportó cerca de 80.000 a ese destino teniendo el mismo cupo. Por eso consideró que “es un desafío seguir generando negocios y mejores condiciones de acceso” y destacó que los socios del consorcio ABC “han desarrollado negocios de nicho interesantes allí para abastecer a la comunidad judía con cortes kosher”.
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Más allá de esos desarrollo comerciales. “Argentina se acostumbró a exportar carne de un segmento de calidad media, ya que la industria está más enfocada en China donde el arancel es de 12% y tuvo mejores precios que Estados Unidos. Creemos que las empresas que tengan el destino habilitado de Estados Unidos van a priorizar este año ese mercado por encima de China para ese tipo de producto”.
La Argentina exporta mayormente “mantas” de carne sin hueso, con bajo nivel de grasa intramuscular, aunque se van desarrollando negocios como el de la carne kosher, también parrillas o restaurantes argentinos.
Jairala dijo que hay buenas condiciones de competitividad en el mercado de los Estados Unidos pero que también cierto temor por lo que pueda hacer el presidente Donald Trump, que está amenazando con aranceles al ingreso de diversos productos: “Tenemos que ver también en qué termina toda la política proteccionista. Mayores aranceles afectarían a nuestras exportaciones pero en las condiciones actuales vemos que ese mercado va a ser uno de los que muestre crecimiento en 2025 con respecto al año anterior”.
El especialista además hizo su balance de la evolución del negocio en el último año y destacó el crecimiento en el volumen embarcado pero también la caída del 15% en la facturación debido a los menores precios pagados por China, mercado que redujo su participación en el total vendido al extranjero al 55%, luego de alcanzar más del 70% del total.
“Se exportó más en volumen pero los precios fueron más bajos. Si nos remontamos a 2022 nos damos cuenta de que el valor ha estado prácticamente 15% por debajo de hace dos años. Tuvimos muchos meses de precios bajos de nuestro principal destino que es China”.
Con respecto a la competitividad exportadora dijo que “la carga impositiva está por encima de la de otros países. Vemos una dirección positiva en ese sentido, pero estamos pendientes de una resolución para el resto de las exportaciones. Para la carne de novillo que tiene 6,75% de retenciones, esperamos que en algún momento del año tengamos una buena noticia respecto a eso, pero seguramente no sea de inmediato”.
Luego aclaró que la competitividad no hay que buscarla por el lado de la devaluación. “Si fuera por eso Argentina sería el país más exitoso del mundo. Eso hay que generarlo en base a la estabilidad macroeconómica que va a dar un acceso al crédito más barato, y eso dará la posibilidad de tecnificar las fábricas para que sean más eficientes y, seguramente, de la mano de esa eficiencia y más escala a mediano y largo plazo tengamos esa competitividad que todos estamos esperando”, se ilusionó.