Hace exactamente 12 años, Sergio Taurizano, supo aprovechar la ubicación de su establecimiento productivo, para armar un vivero, donde predominan las variedades de rosas y jazmines. Sucede que al estar sobre la ruta 1001, unas de las vías de acceso a la ciudad de San Pedro, los visitantes hacían una parada casi obligada, para llevar de las pocas plantas ornamentales que producía. Fue así que de multiplicar plantines de cítricos, el Vivero Quinta Manacor, pasó a especializarse en la reproducción de rosas.
Como en el pasado, Sergio fue productor de batatas y duraznos, dos cultivos tradicionales de San Pedro, todavía conserva dentro sus 14 hectáreas un espacio para los árboles frutales. Pero ahora remarca que su expertise son las rosas floribundas, las inglesas y las rosas de corte. Todas estas variedades se distinguen por “estar libres de virus”, gracias a un proyecto que actualmente impulsa la Estación Experimental del INTA en San Pedro, y que comenzó justamente en este vivero.
“Este era un local de productos regionales y cuando vine para esta zona empecé a ver que toda la gente que pasaba sobre la ruta quería llevarse una plantita. De ahí empezamos. Ahora somos un emprendimiento familiar muy variado, donde hay frutales y plantas ornamentales. Pero especialmente, me dedico a todo lo que es variedad de rosa, con eso empecé a tomar muchos clientes. Hoy en día manejo mucha variedad de rosas que se preparan acá en San Pedro libre de virus”, dijo Taurizano en su charla con Bichos de Campo.
Poco tiempo después de darse cuenta que las rosas serían el éxito de su emprendimiento, Sergio entendió que había que prestarle especial atención al mejoramiento de esta planta que solía reproducirse sin tener en cuenta los virus que la afectan. “Una rosa saneada tiene mayor durabilidad, mejor sanidad, mejor floración, y eso es muy importante para el que compra una planta”, explicó el productor.
Mirá la entrevista completa a Sergio Taurizano.
“Yo empecé con el tema de las rosas libres de virus acá en San Pedro hace ocho años. Me armé un estanquero libre de virus y me fui a la Cámara de Viveristas y empezamos a trabajar a través de Cambio Rural con todo lo que es rosas libres. Trabajamos un par de años y ahora el lote lo trasladamos a los campos del INTA. Pero fue acá que iniciamos”, comentó.
-¿Qué ventajas trajo para los productores empezar a trabajar con rosas libres de virus?- le preguntamos
-Empezamos con el tema de rosas libres de virus porque cuando plantábamos y hacíamos los injertos teníamos mucha pérdida. Generalmente el virus atacaba a la yema y teníamos una importante pérdida. Entonces, empezamos a través de INTA a averiguar por qué venía esa pérdida, y descubrimos que era por los virus que estaban en las plantas que había en San Pedro, que eran plantas silvestres. Luego de eso, comprábamos los kit para que INTA los analizara, empezamos a conseguir variedades y sanearlas con la ayuda del INTA. Eso nos representó mucho para la producción. O sea, a no tener tanta pérdida y poner en el mercado una rosa de mejor calidad.
Si bien las rosas libres de virus han significado un mayor rendimiento productivo, este productor lamenta que en paralelo no se pueda acceder a mejor tecnología y depender menos de tanta mano de obra, una problemática que también afecta a los viveristas de la región.
“Yo tengo automatizado todo el riego de lo que son las plantas de venta directa al público, pero la producción a campo se hace todo manual y es complicado. Eso demanda mucho tiempo y más como estamos con el tema del cambio climático. Cada vez se está complicando más con la sequía, hay que estar encima de las plantas fundamentalmente en verano, cuando se hace el trasplante”, especificó.
Y agregó. “Lo que pasa que en este sector, lo que se hace a campo siempre necesita más tecnología. Hacen falta máquinas para sacar plantas y máquinas para poder envasar. Estamos muy atrasados en tecnología, porque es costosa, viene de otros países y cuesta un montón tenerla acá en Argentina”.
-Se está expandiendo mucho la producción en contenedores o macetas ¿Lo ve como una salida a estas problemáticas, fundamentalmente a la mano de obra?
-Sí. Generalmente se está haciendo mucho en maceta y no tanto a campo para facilitar costos y tener todo más más controlado. Cuando uno entrega una planta en maceta ya no tenés tanta mano de obra en el campo, que es lo que está costando acá en San Pedro, porque no hay. Pero insisto todo esto pasa porque no hay tecnología, no tenemos máquina para arrancar plantas, no tenemos gente que venga a injertar porque es todo muy artesanal. Eso es lo que está complicando seguir con las plantas criadas a campo.
Taurizano considera que “no es lo mismo una planta que uno saca de maceta a una planta que se saca del campo. Al entregar una planta de campo se observa mayor porte y más mayor vigor que una criada en maceta. La planta que está en maceta está limitada al crecimiento, no crece lo mismo que una que está en el campo y esto representa una diferencia bastante grande a la hora de la venta”, dijo.
Para lidiar con las variables que cambian de una modalidad a otra y seguir el protocolo fitosanitario para mantenerse haciendo rosas libres de virus, el productor se apoya en un profesional, mientras espera que uno de sus hijos culmine sus estudio para recibirse de ingeniero agrónomo.
“Contamos con un técnico que también hace el manejo de rosas libre de virus y nos garantiza el asesoramiento técnico para el manejo, para la fertilización. Más allá de todo eso, uno también va aprendiendo día a día. También tengo mi hijo que está estudiando para ingeniero agrónomo y está muy enfocado en todo esto como para seguir la trayectoria. Eso importante, que continúe alguien, porque hoy en día yo veo que se termina una generación y la otra generación que viene atrás cuesta un montón que siga”, concluyó.
Excelente serie de notas referidas al tema de viveros productores! Son un gran exponente de la agricultura intensiva y muchos cuentan con muchos años de historia detras! Gracias