Aunque la superficie total actual destinada a la producción de vid es casi idéntica a la existente en el año 2000 –pero un 7,6% menos a los índices del 2010-, no ocurre lo mismo con la totalidad de hectáreas que ocupa la producción de variedades consideradas de “Alta Calidad Enológica (ACE)”, que aumentaron un 20,7% desde el comienzo de este siglo. Esto da cuenta de una clara reconversión de los objetivos productivos de la vitivinicultura argentina: menos vino, pero de mejor calidad.
Según un informe elaborado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la participación de las variedades ACE en el total de uvas aptas para elaboración en el año 2000 era de 60,4%, mientras que actualmente es del 74%. En otras palabras, la superficie destinada a uva común solo representa una cuarta parte del total.
Dentro de ese universo de vuvas de calidad conformado por 50 variedades predominan las tintas, con el 77,6% del total (27); seguidas por las blancas que representan un 21,9% (20), y las rosadas con el 0,5% restante (3). Un dato interesante es que las tintas y rosadas continúan creciendo en superficie cultivada, mientras que las variedades blancas siguen disminuyendo.
En el caso de las tintas, los cinco varietales más cultivados a nivel país son el Malbec, con 47.067,7 hectáreas a 2024; Bonarda, con 16.896 hectáreas; Cabernet Sauvignon, con 12.912,6 hectáreas; Syrah con 10.540,8 hectáreas; y Tempranillo, con 4.880,5 hectáreas.
De las variedades blancas, por su parte, la cinco más cultivadas son Pedro Giménez, con 8.453,4 hectáreas; Torrontés Riojano con 7.008,5 hectáreas; Chardonnay con 5.559,3 hectáreas; Sauvignon Blanc con 1.820,7 hectáreas; y Moscatel de Alejandría con 1.739,1 hectáreas.
En el caso de las uvas rosadas, las variedades cultivadas son solo tres: Pinot Gris con 537,7 hectáreas; Canari con 44,6 hectáreas; y 36,5 hectáreas con Traminer.
Respecto a la variación de producción desde 2010, la variedad tinta que más aumentó a nivel país fue el Malbec (creció 16.020 hectáreas), mientras que la que más disminuyó fue Cabernet Sauvignon (-3.459 hectáreas). Dentro de las variedades blancas, las que aumentaron fueron las implantadas en los últimos años, que aún tienen pocas hectáreas, como Petit Manseng (+11 hectáreas) y Alvarinho (+11 hectáreas), mientras que la que más disminuyó fue Pedro Giménez (-3.679 hectáreas).
Desagregado por provincias, el informe mostró que dentro de las siete con mayor superficie, Mendoza, San Juan y Catamarca son las que menor participación tienen de las variedades ACE en el total de uvas aptas para elaboración, ya que aquellas son mayoritariamente elaboradoras de mosto. Para eso utilizan la variedad Cereza, que no entra en el listado ACE. En el resto de las provincias la participación de estas uvas más destacadas ACE supera el 80% del total de uvas aptas para elaboración.
En el caso de Mendoza, el INV indicó que de las 143.531 hectáreas que tiene en producción, 141.414 son aptas para elaboración de vino y/o mosto. De ese número, hay un 75,8% de variedades ACE.
“Si bien la superficie total y la de uvas aptas para elaboración van en disminución, no ocurre lo mismo con las variedades de Alta Calidad Enológica que han aumentado un 30,3% respecto al año 2000 y 1,8% respecto al año 2010”, detalló el informe.
En San Juan, por su parte, la superficie total alcanza las 39.781 hectáreas, de las cuales 28.086 son aptas para elaboración de vino y/o mosto. En este grupo de uvas para elaboración hay un 57,1% de variedades ACE.
En superficie sigue La Rioja, con 7.210 hectáreas, de las cuales 5.917 hectáreas son aptas para elaboración de vino y/o mosto. En este grupo de uvas para elaboración hay un 88,3% de variedades ACE.
“La provincia de La Rioja se diversifica hacia variedades aptas para pasas. En la última década se registra disminución en las uvas aptas para elaboración mientras que las variedades aptas para pasas crecen”, aclararon desde el INV.
En el caso de Salta, la superficie total ronda las 3.719 hectáreas, de las cuales 3.715 hectáreas son aptas para elaboración de vino y el 99% de ellas corresponde a variedades ACE.
Catamarca, por otro lado, posee una superficie productiva que actualmente se extiende por 2.745 hectáreas, de las cuales 2.419 hectáreas son aptas para elaboración de vino y/o mosto. En este grupo de uvas para elaboración hay un 58,5% de variedades ACE.
Muy por detrás quedan las provincias patagónicas Neuquén y Río Negro. La primera tiene 1.556 hectáreas de vid, de las cuales 1.552 son aptas para elaboración de vino y el 99,3% de ellas corresponde a variedades ACE. La segunda tiene actualmente 1.287 hectáreas, de las cuales 1.191 son aptas para elaboración de vino. En este grupo de uvas para elaboración hay un 88,7% de variedades ACE.
“Río Negro es una de las provincias vitivinícolas argentinas que disminuye su superficie cultivada año a año, ubicándose actualmente en el séptimo lugar del ranking total país”, señaló el informe.