Los efectos de las políticas de aliento a la producción ganadera se sienten en algunos de los principales indicadores de la actividad.
Este año la faena vacuna volverá a ser alta y se estima que no superará las 13,5 millones de cabezas. Ese volumen y el incremento del peso por res obtenida generan un mayor volumen de carne vacuna.
Hay más faena y más producción, pero también más exportaciones y un consumo que se recupera sobre todo en los últimos meses del año, de la mano de la creciente oferta de ganado procedente de los feedlots.
El incremento de la venta al exterior tiene a su vez que ver con la quita de las retenciones a las categorías de vacas, y por la reducción en las de novillos que pasaron de 9% a 6,75%, según indicó el consultor Andrés Costamagna.
“Antes de que el presidente Javier Milei sacara las retenciones, lo que se anunció en la Exposición Rural de Palermo, las exportaciones venían cayendo. Luego, cuando se tomó la medida, se revirtió la tendencia”, dijo en este sentido.
A eso hay que agregar que en el último mes se dio un cambio de escenario en el mercado mundial, en el cual Brasil redujo su oferta, China incrementó su demanda y también Estados Unidos importó más.
“Con la quita de retenciones se mejoró la competitividad exportadora y se vendió más carne al extranjero. Pero como se faena mucho también se abasteció bien al consumo interno, que está en el promedio anual en los mismos niveles que en 2023, aunque en octubre se dio un salto importante y se llegó a los 51 kilos por persona”, detalló.
El analista concluyó señalando que “lo datos demuestran que mejorar la competitividad y exportar más no van en contra del consumo interno. Por el contrario se potencian y pueden crecer en paralelo cuando hay incentivos a la producción”.
No se puede dejar de mencionar que el consumo interno se ven beneficiado por el alto abastecimiento de carne procedente de la faena de categorías livianas que se engordan a corral y tiene su pico de oferta en el último tramo del año.