Aunque desde 2020 volvió a involucrarse de lleno en la consignataria que lleva su apellido, en su Entre Ríos natal, Luis Miguel Etchevehere está lejos de haber superado las más de dos décadas que le dedicó al gremialismo rural, tanto como presidente de la Sociedad Rural Argentina, como con su rol a cargo del ex ministerio de Agroindustria de la Nación.
“En Etchevehere Rural remato, martillo, hacemos negocios de hacienda, de campos, en el comercio exterior, pero el bichito de la política nunca se va. No te podés aislar de lo que pasa en el día a día, y menos de algo que fue tan intenso como todo mi paso por la actividad gremial”, confesó en una charla con Bichos de Campo.
Tanto es así que, frente a los cambios en los que se embarcó el país desde la llegada del gobierno de Javier Milei en diciembre pasado, el ex funcionario se anima a dar su percepción del momento actual del país, al que de entrada califica como positivo.
“Me parece muy acertado lo que está haciendo el gobierno nacional en lo que a política económica se refiere. No había otra manera de hacerlo. El camino es seguir a la normalidad macroeconómica, bajar la inflación, salir del déficit fiscal, ir al superávit, bajar la presión impositiva, no solamente a nivel nacional, sino también sobre todo a nivel provincial y municipal, donde todavía creo que hay mucho para hacer”, señaló en primer lugar Etchevehere.
“De la mano de eso, debemos ponernos en igualdad de condiciones con nuestros competidores, desde el punto de vista laboral, impositivo y fiscal. No hay manera de que podamos progresar como país vendiendo cualquier producto o servicio si no tenemos condiciones similares a las de quienes compiten con nosotros. Eso es lo que te hace estar en el mercado o que quedar afuera para siempre. Desde el punto de vista económico, sin duda que ese es el camino. Y que en Argentina vuelva a ser el sector privado el responsable, entre comillas, de dar empleo. No hay otra vuelta, ya fracasó el modelo del Estado benefactor”, dijo a continuación.
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-Señalás que el sendero es correcto en términos de bajar la presión positiva, por ejemplo, pero la persistencia de las retenciones y la falta de señales respecto de eso incomoda al sector, que quiere creer pero duda. ¿Cómo ves eso?- le preguntamos.
-Entiendo, pero son pasos. Yo les creo, elegí creerles porque veo que van en el camino correcto. Ya va a llegar, estoy seguro de que va a llegar. Cuando por algún motivo me despierto en la noche y pienso en las alternativas, más fe le tengo a este gobierno. La alternativa sería la peor tragedia que le pueda pasar a la Argentina como está planteada hoy. Volver al kirchnerismo o a cualquier otra rama derivada de eso, que nos puso en este problema del país, sería nefasto.
-A vos te tocó desandar ese camino en aquel momento, cuando Macri había fijado un cronograma y tuviste que apretar el freno porque la crisis lo ameritaba. ¿Te parece oportuno que no presenten un cronograma en materia de retenciones?
-Son estrategias, pero por como se vienen dando los pasos, la inflación la están bajando. Y fijate que atentos que están los mercados y el mundo: con el tema del veto al tema de las universidades, se desplomó el riesgo país y subieron los bonos. Ese es el camino que queremos. Esas son las señales que hoy hacen falta. Y lo otro va a llegar. El presidente dijo que una vez que pueda solucionar el tema del cepo, iba a bajar retenciones. Ya hizo algo con el tema de las vacas y automáticamente subió el precio, de 1200 a entre 1600 y 1700 pesos el kilo de vaca gorda. Están desburocratizando, pero ojo con las provincias y ojo con los municipios. A mi entender no están haciendo con el mismo énfasis la gestión como lo está haciendo el gobierno nacional.
-Se destinaron diez meses a la macro, pero hay muchas cosas pendientes en materia ganadera, en la apertura de mercados, etc. ¿No hace falta un poco más de política agropecuaria?
-Ese es el mundo ideal. Primero y principal, la macro, salir del cepo y bajar retenciones como prometió el presidente. Por otro lado, lo que mencionás también es central, pero va de la mano de lo que hablábamos con el tema laboral y la industria del juicio. Se avanzó bastante con esa ley bases, pero todavía es como que la gente no terminó de tomarlo. Todavía hay muchos talleres, alambradores, electricistas, pintores, carpinteros que están laburando solos, que todavía no se animaron a tener colaboradores. “Llevas tres meses de atraso, ¿por qué no pones un ayudante?”, y te dicen que tienen miedo de fundirse por un juicio. Falta que esto llegue al cuentapropista que lo está necesitando.
Luego, Etchevehere agregó: “Después, de la mano de tener buenas condiciones, similares a Brasil, Uruguay, Paraguay, hay que volver a hacer gestiones en el mundo, que es clave. Cualquiera sabe que al cliente hay que atenderlo, y cuando lo hicimos nos dio muy buenos resultados. ¿Qué hacíamos? Íbamos, cada dos o tres meses a los diferentes mercados y veíamos cómo estaban con los productos de Argentina. ¿Cuál era el punto? Entender. Es ingenuo pensar que un mercado te va a abrir para un producto y que Argentina no tenga que abrir nada. Fuimos negociando y logramos buenos acuerdos”.
-Dejando a las retenciones de lado, ¿qué sentís que le falta a la Argentina ganadera?
-Primero, todo lo que satisfaga al consumidor, sin exagerar. Por otro lado, que se ponga en marcha el acuerdo UE-Mercosur, porque cambiaría no solo a la ganadería, sino a toda la agroindustria del país. Es un mercado de 500 millones de habitantes, con cinco veces más poder adquisitivo. Y después está el tema de la de la caravana electrónica, de la tipificación. Yo estuve en los dos lugares y entiendo a los ganaderos cuando dicen que no le ven la pata a la sota. Una solución que tomamos nosotros con la brucelosis fue hacerlo voluntario el sangrado. ¿Vos querés tener aptitud para China? Sangrá la vaca y valdrá 300 pesos más. ¿No lo querés hacer? No lo hagas, pero cuando tu veas que tu vecino, por estar usando la caravana electrónica, está cobrando más por su novillo o está accediendo a mercados a los que vos no accedes, ahí tenés el verdadero incentivo.