La caída de los precios de los granos y los incrementos de los costos internos en pesos y en dólares deterioraron los márgenes agrícolas del ciclo 2024/25.
A pesar de las desregulaciones de las que se jacta el gobierno, las cuentas para los agricultores dan mal y el esquema sigue planteado en los mismos términos que durante el kirchnerismo: se requieren de precios altos, que el clima acompañe y que entonces sea buena la productividad para salvar las papas, porque la presión impositiva -a pesar de todo lo que dijo el presidente Javier Milei contra de los impuestos del Estado-, sigue siendo la misma y hasta se incrementa. Lo acaba de confirmar un informe de la Fundación FADA.
Para agregar elementos, ahora un informe del IERAL, el instituto de estudios económicos de la Fundación Mediterránea, se mete a fondo con este tema. El economista Franco Artusso indicó allí que teniendo en consideración los precios de los granos y “manteniéndose todo lo demás constante (costos e impuestos que se pagan en cada zona), los márgenes netos del productor (después de impuestos) dan una caída del 30% en zona núcleo y del 77% en zona extrapampeana para los últimos cuatro meses del año, infundiendo preocupación en la actividad agrícola de cara a lo que viene”.
En su análisis se estudiaron dos modelos, unos en zona núcleo (sur de Córdoba ) y otra extrapampeana (centro-norte del país):
- “En zona núcleo se pasa de los 373 dólares por hectárea (USD/ha) observados en enero/agosto a unos USD 262/ha en septiembre/diciembre, una pérdida de USD 111/ha que deja los márgenes de fin de año prácticamente al mismo nivel que los registros de la zona durante la sequía 2023”.
- “En zona extrapampeana se pasa de los USD 102/ha observados en enero/agosto a tan solo USD 23/ha entre septiembre/diciembre, una merma de USD 79/ha que deja los márgenes al borde de las pérdidas e incluso muy por debajo de los registrados en la última sequía (2023). Se debe recordar que en este caso los cálculos 2024 contemplan el efecto negativo de “la chicharrita” en zonas no-núcleo (rendimientos del maíz por debajo de la media)”.
El segundo dato a destacar del informe del IERAL es el peso de la carga tributaria total sobre los productores agrícolas, que aumentaría hacia finales del año “del 62% al 67% en zona núcleo y del 77% al 92% en zona extrapampeana”.
“Esta es una debilidad muy grande de la estructura tributaria que recae sobre la actividad: cuanto menor es el excedente del productor antes de impuestos (ya sea por malos precios, aumentos de costos y/o bajos rendimientos de los cultivos), mayor es la carga tributaria que debe soportar (el pago de impuestos disminuye proporcionalmente menos que el excedente en términos absolutos)”, alertó el especialista.
Eso es consecuencia del enorme peso que tienen los derechos de exportación, según consideró el economista, ya que se trata de porcentajes fijos sobre el precio que impactan en mayor medida cuando las cotizaciones son bajas, como en la actualidad, o cuando la productividad es reducida como sucede con el maíz afectado por la chicharrita.
Artusso también se refirió a los márgenes esperados para 2025 y el análisis lo hizo considerando:
- Precios FOB de USD 389/ton para la soja y de USD 197/ton para el maíz (estimados a partir de las cotizaciones enero/diciembre de 2025 en el mercado de Chicago).
- Costos constantes en dólares al nivel del último mes con datos disponibles (ago-24).
- La misma estructura tributaria que en 2024 sobre la actividad.
- Rendimientos medios “normales” de cada zona, tanto en soja como maíz.
- En el caso del maíz y sobre todo en zonas extrapampeana no ajustó los resultados productivos ya que supone que habrá un traslado de área a soja.
De la lectura de los resultados para 2025 surge que un productor de zona extrapampeana que en 2024 se vio “sorprendido” por la chicharrita (y tuvo menos rinde en maíz), pero que en 2025 logra los rindes medios de su zona, pasaría de un margen neto (después de impuestos) de USD 76/hta en 2024 a uno de USD 145/hta en 2025 (promedio 12 meses). Se trataría de un fuerte aumento interanual (+90%), pero aún quedaría muy por debajo de 2022 (-70%), el último año que se registraron rendimientos “normales” en esta zona.
En tanto, un productor de zona núcleo que en 2025 obtiene los rindes medios de la zona (al igual que en 2024), pasaría de un margen neto (después de impuestos) de USD 336/hta en 2024 a uno de USD 318/hta en 2025 (-5% interanual). El margen cae levemente porque, permaneciendo todo lo demás constante, el menor precio esperado para la soja domina la suba esperada para el maíz. También en zona núcleo los márgenes 2025 se estarían ubicando 65-70% por debajo de los “pre-sequía”, cuando había mejores precios para los granos.
La renta se fe afectada por la carga tributaria que es la ganancia que genera la actividad pero que el productor no logra apropiarse por la extracción de recursos de parte del Estados, algo muy criticado por el actual presidente Javier Milei antes y después de ser elegido para ese cargo.
En 2025 la cuestión no sería muy diferente y podría incluso empeorar si los precios no mejoran o si por caso el maíz se ve otra vez muy afectado por la chicharrita.