¿Qué haría Javier Milei si una fábrica emblemática argentina anuncia la mudanza de parte de sus operaciones a Paraguay o Uruguay, porque así puede reducir costos y optimizar sus operaciones? ¿La dejaría? ¿Se lo prohibiría?
Como sea, preguntas como esas son pertinentes porque uno de los principales aliados políticos del presidente argentino, Donald Trump, quien aspira a regresar a la presidencia de los Estados Unidos en las próximas elecciones, ante un escenario similar en su país amenazó con aplicarle a los productos de la empresa, que quiere mudarse a México, un arancel prohibitivo del 200%.
La empresa que quiere mudar algunas operaciones a México es un ícono de la industria estadounidense: la fabricante de tractores y maquinaria John Deere. A principios de julio pasado, la firma anunció una ola de despidos y dijo alrededor de 610 empleados de producción en plantas de Illinois e Iowa que se quedaron sin trabajo el 30 de agosto pasado. Todo esto en el marco de un plan de recorte de gastos, que incluyó además la decisión de pasar parte de sus operaciones a México.
Concretamente la compañía anticipó que, como parte de ese plan, trasladaría la fabricación de minicargadoras y cargadoras de correas compactas de sus instalaciones de Dubuque a México a finales de 2026. Como en todos estos casos, las razones para esta mudanza se justificaron en “los esfuerzos por evolucionar su modelo de negocio, abordar el aumento de los costos de fabricación y mejorar la eficiencia operativa”.
En este escenario, y en plena campaña electoral, el expresidente Trump dijo este lunes que impondrá un arancel del 200% a los productos de John Deere si la empresa sigue adelante con su plan de trasladar parte de sus operaciones a México. El anuncio lo realizó en un debate sobre políticas en Smithton, Pensilvania, organizada por la denominada Iniciativa para la Protección de Estados Unidos.
Trump consideró que la decisión del conglomerado industrial “está dañando a nuestro país. Está dañando a nuestros trabajadores”.
Cuando los medios estadunidense preguntaron a John Deere sobre estas amenazas, la compañía recordó que tiene un “compromiso con la fabricación en los Estados Unidos”, en el que esta firma fundada hace casi 200 años en Illinois, recuerda que desde 2019 ha invertido más de 2 mil millones de dólares en sus fábricas estadounidenses, y que “para que nuestras fábricas estadounidenses puedan llevar a cabo estas actividades que añaden un gran valor añadido, a veces es necesario trasladar operaciones menos complejas, como el montaje de cabinas, a otras ubicaciones”.
“Esto incluye trasladar la producción de algunos modelos de nuestras minicargadoras y cargadoras compactas a nuestra fábrica en México, una instalación que ha sido una parte importante de nuestras operaciones globales durante casi 70 años”, añadió, defendiendo la decisión empresaria.