“El cómputo es la soja del siglo XXI”. Así lo afirmó Santiago Siri, fundador de Democracy Earth y autor de Hacktivismo, durante una charla ofrecida en el Congreso de Asesores CREA, que se está llevando a cabo hasta este viernes en la ciudad de Mar del Plata, con la presencia de más de 310 asesores de la Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Luego de esa primera definición, el comunicador explicó que la Argentina se encuentra ante una oportunidad histórica frente la creciente necesidad de recursos energéticos para atender la demanda de plataformas digitales, sistemas de inteligencia artificial y criptoactivos.
“La región patagónica tiene condiciones ideales para aprovechar este momento único porque tiene los recursos energéticos disponibles, está en una zona fría (indispensable para que los servidores no consuman energía en exceso) y se encuentra en una región del mundo libre de conflictos bélicos”, señaló Siri, quien además conduce el podcast sobre tecnología La última frontera.
Otro factor esencial es que el país tiene un gran caudal de capital humano, lo que resulta clave para poder desarrollar y sostener un clúster informático digital que sea sostenible en el tiempo, opinó. Por tales motivos, más allá de las complicaciones macroeconómicas, Siri dijo que la Argentina está en la mira de las grandes corporaciones y fondos de inversión tecnológicos.
El especialista en tendencias dijo que la convergencia entre la inteligencia humana y la artificial está dando lugar a una nueva realidad híbrida, donde lo virtual y lo físico se funden de manera fascinante. Este campo emergente de la “hiperrealidad” explora las fronteras de la experiencia y la cognición.
Sin embargo, recalcó que lo que viene en camino no está exento de riesgos, ya que podría transformarse en una “tecnocracia” que concentre el poder en élites tecnológicas y promueva una brecha creciente entre expertos y ciudadanos comunes.
“Los riesgos del capitalismo de vigilancia son la recolección y el uso de datos personales sin consentimiento, que pueden vulnerar la privacidad de los individuos. Las empresas pueden utilizar la inteligencia artificial para predecir y manipular el comportamiento de los usuarios con fines comerciales”, apuntó.
Para evitar eso, recomendó promocionar la “soberanía cognitiva” en la cual las personas tengan la capacidad de desarrollar y controlar sus propios sistemas de procesamiento de información y toma de decisiones.
“Es crucial proteger la independencia y la integridad de los procesos mentales y las capacidades de razonamiento de los individuos y las comunidades”, afirmó Siri.
“Los ciudadanos deben tener un mayor control y alfabetización respecto de las tecnologías que moldean su cognición y su toma de decisiones. La soberanía cognitiva implica preservar la pluralidad de formas de pensar y procesar la información, evitando la homogeneización”, resaltó.