En el marco de un encuentro organizado por el Consejo Foresto-Industrial Argentino, la directora nacional de Desarrollo Foresto Industrial, Sabina Vetter, que depende de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, presentó datos oficiales sobre ese sector productivo y detalló las perspectivas de su futuro, alertando que se necesitan inversiones de forma urgente para procesar la materia prima disponible.
Habló también de la antigüedad de los bosques implantados, con uno de cada cuatro árboles implantados que, por falta justamente de inversiones, ha quedado “viejo” para ser destinado a la industria. La situación, además de originarse en la errática política macroeconómica, surgió del histórico episodio en torno a la pastera Botnia, que en 2007 enfrentó a los gobiernos de la Argentina y Uruguay, y que por largo tiempo sirvió para espantar del país las inversiones foresto industriales.
“La actividad foresto industrial tiene gran potencial multiplicador por la importancia que tiene cada uno de sus eslabones en la cadena productiva. Se generan viveros, se genera propagación de material genético, producción de semillas, producción de plantas y bienes de calidad. Y Argentina tiene una trayectoria de más de 40 años de mejoramiento genético”, dijo la funcionaria en la apertura del encuentro realizado en el marco de la Exposición Rural de Palermo.
De acuerdo con cifras de esa Dirección, el país cuenta con 114 vivero relevados, 50.000 puestos de trabajo rurales asociados a esta actividad, y una capacidad de producción de más de 100.000 millones de árboles para cultivo forestal. Sin embargo, esa capacidad productiva actual está usándose en apenas el 50%. Esto ha llevado a la superficie de plantación en torno 1.300.000 hectáreas (de las cuales 900.000 se distribuyen entre Misiones, Corrientes y Entre Ríos), cuando el potencial de crecimiento ronda las 3.500.000 hectáreas.
Otro punto a destacar es que de esa superficie total, 700.000 hectáreas están certificadas bajo algún sistema forestal sostenible, de las e diagncuales 65% se destina a la producción y 35% a la conservación de bosques asociados a plantaciones forestales.
Pero aún frente a estos datos alentadores, Vetter alerto que del total de la materia prima disponible en Argentina, el 24% de los árboles ya tiene más de 18 años, “lo que supone que ya está pasado para industria”, y entre el 50% y el 70% tiene de 7 años en adelante, “por lo que ya está lista para cosechar”.
“Necesitamos inversiones para que procesen esa madera principalmente. Son casi 225 millones de metros cúbicos que están de madera en pie, esperándonos para ser procesadas. La naturaleza ha sido y es muy generosa con la Argentina. Nos da condiciones extraordinarias, con rendimientos superadores a los de cualquier otro país del mundo. Y hoy, a raíz de las grandes inversiones que se realizaron hace 25 años entre privados y el sector público, tenemos stock de materia prima. Ahora necesitamos transformar este stock en valor agregado”, señaló la funcionaria.
¿Y a dónde puede destinarse ese stock? Ejemplificando con la cosecha anual de rollos, Vetter detalló que un 71% se destina a la transformación mecánica, casi un 20% a la transformación química de celulosa y papel, 5% a la producción de bioenergía y 3% a la exportación sin valor agregado.
En este contexto, sostuvo que para atraer las necesarias inversiones, la clave es contar con “estabilidad macroeconómica y una seguridad jurídica de base”, para lo cual existen tres herramientas con las que el sector cuenta.
“Hoy contamos con herramientas que propician y adelantan estabilidad para esta cadena. Son el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), la seguridad jurídica con la derogación de tierras, y la ley 25.080, que ofrece beneficios fiscales para productores”.
Vetter dedicó el resto de su presentación al desglose del RIGI, que para ella será la estrategia clave para atraer estos fondos externos.
“Tiene nueve objetivos fundamentales como incentivar a grandes inversiones nacionales y extranjeras en la Argentina a fin de garantizar la prosperidad del país; promover el desarrollo económico; desarrollar y promover la competitividad; incrementar las exportaciones de bienes y servicios comprendidas en el RIGI; favorecer la creación de empleo; inmediatez en la previsibilidad y estabilidad; un régimen que genere certidumbre, seguridad jurídica y protección especial; fomentar el desarrollo coordinado del Estado Nacional con las provincias y las respectivas autoridades de aplicación sobre los recursos naturales; fomentar el desarrollo local de cadenas asociadas a estos proyectos”, detalló.
Hacia el final concluyó en que más allá del desarrollo de políticas públicas para el sector, es clave la cooperación con el trabajo del sector privado.
Si no los pueden talar, vendan captura de carbono
Siempre una excusa para seguir talando árboles,no puedo entender que pasa en el corazón y en los sentidos de todos estos destructores de la vida,de la naturaleza,de la necesidad de árboles que tenemos, por favor alguien que muestre más plantaciones y menos tala de árboles
Plantar y cosechar de eso se trata, como se hace con una huerta, la soja, el trigo…plantamos para aprovechar los bienes y servicios que nos dan los árboles.
Sino plantamos ¿de dónde sacamos madera (para construcción, muebles, casas) , papel (de impresión, higiénico, embalaje) cartones, celulosa para pañales, servilletas, pañuelos, etc.
Vivimos rodeados de madera-papel- cartones- etc.
Hay que entender que cosechar lo que uno planta NO es un daño al ambiente es un uso Sutentable del recurso natural forestal.