Tras la denuncia que realizó a Bichos de Campo Maia Iacomini, que hasta el pasado viernes se desempeñaba como presidenta de la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA), contra el gerente de esa institución por presuntas irregularidades en el manejo de fondos, en esa entidad se decidió la realización de una “urgente” auditoría externa.
“La Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal quiere expresar, a través de su Comisión Directiva, que a raíz de las expresiones de la Presidente de la institución, junto con su decisión de renunciar al cargo, se ha dispuesto con sentido de urgencia y prioridad, la implementación de una auditoría externa a fin esclarecer los hechos y aportar transparencia sobre el funcionamiento de CAENA”, indicaron en un comunicado enviado a este medio.
“Como cámara con más de 60 años, que nuclea y representa a más de 140 socios, y alineado con nuestros principios, nuestra prioridad es tomar las acciones necesarias que garanticen dicha transparencia y que aporten claridad y tranquilidad tanto para sus miembros como así también para los organismos con los que se vincula. Asimismo, resulta importante, preservando y priorizando la institucionalidad de la entidad, que el proceso de investigación, comunicación y acciones se cumplan bajo los más estrictos controles y procesos legales pertinentes”, señalaron a continuación.
Las acusaciones de Iacomini, una licenciada en Biotecnología de la Universidad Nacional de Rosario que asumió el cargo en diciembre de 2023 en representación de la firma VitalCrops, provocaron un fuerte ruido en la Cámara que no pasó desapercibido.
Según contó la empresaria a Bichos de Campo, en su paso por el cargo encontró indicios de que Francisco Schang, el director Ejecutivo de CAENA, desviaba fondos de las empresas asociadas hacia una firma de la cual formaba parte. Los fondos eran solicitados a empresas asociadas a la entidadcomo auspicios para la organización de un evento llamado Mascotear. Para esas transferencias se utilizaban facturas de la propia organización, pero sin dejar utilidades para la entidad.
“Caena facturaba a socios a los cuales le vendía un lugar en un evento para un tercero, una vez que recibía el pago, se daba vuelta y pagaba ese mismo valor recibido contra otra factura hecha hacia Caena por la sociedad que organiza el evento, (no se retenía nada de comisión, se pasaba directo). Pedí con urgencia parar y analizar esto, porque ni se había analizado la pérdida por percepciones y retenciones que estaba sufriendo la Cámara por este tren de facturas, ni análisis crediticio de esta sociedad a la cual les estábamos adelantando una suma importante de dólares”, explicó la ex presidenta, que habló de una suma cercana a los 60 mil dólares solo por la edición del corriente año, que sería la segunda.
Sin obtener una respuesta clara de los empleados y directivos de la Cámara, y ante el apoyo del vicepresidente de la Institución, Juan Pablo Ravazzano, al señalado gerente, Iacomini decidió renunciar a su cargo.