En junio la faena de hacienda vacuna se redujo a 1,027 millones de cabezas, marcando el nivel más bajo en lo que transcurrió de 2024. Al comparar con el nivel de actividad sectorial de junio del año pasado, la contracción fue de un preocupante 22%, según el informe habitual de la Cámara de la Industria de la Carne (Ciccra), construido en base a datos oficiales.
Semejante caída en los niveles de actividad muestran la envergadura de este periodo de depresión carnicera, De todos modos, se atempera el escenario si se toman los datos de todo el primer semestre: En la primera mitad del año “un total de 359 establecimientos faenaron 6,556 millones de cabezas de hacienda vacuna” y la caída fue de 10,6% contra el mismo periodo.
En producción de carne, en los primeros seis meses iniciales de 2024 se produjeron 1,49 millones de toneladas res con hueso, lo que significó una caída de 10,1% interanual. Faltaron respecto del 2023 unas 168 mil toneladas de carne, la necesaria para alimentar el equivalente a 3,5 millones de argentinos durante todo un año.
Según la lectura de Ciccra, “claramente fue el factor climático el que explicó el paso de un pico a un valle de la faena de hacienda vacuna en apenas doce meses”, mucho más que la crisis económica actual. ¿Por qué? Porque hace un año los campos se vaciaban por la sequía y crecía la faena de animales que no se podían sostener. Ahora en cambio el año es mejor y la faena regresaría a niveles más normales.
De hecho, la cámara dirigida por Miguel Schiariti indicó que “al colocar estos datos en la perspectiva histórica con el objetivo de comprender mejor los efectos de la extensa y profunda seca que afectó a la producción ganadera en los últimos años, surge que la venta anticipada de hacienda y la liquidación de vientres ubicó la producción de carne vacuna del primer semestre de 2023 en el lugar más alto de los últimos 35 años”.
“La corrección del stock de madres y el impacto negativo de la falta de agua y alimento suficiente, hizo que la disponibilidad de hacienda para faenar en esta campaña fuera muy inferior”, indicó el análisis.
Esto no explica, sin embargo, la visible caída del consumo interno.
“Al considerar el promedio móvil de los últimos doce meses, el consumo aparente de carne vacuna por habitante quedó en 48,0 kg/año en junio de 2024. En relación a un año atrás la caída fue de 10,4%”, reconoció Ciccra.
El promedio de los primeros seis meses del año se ubicó todavía más abajo, en solo 44,7 kilos/hab/año, y resultó 16,7% menor al registrado en igual período de 2023.
Parte de esa menor demanda se disimuló con la caída de la producción. Pero otra parte encontró destino en un crecimiento de las exportaciones, que habrían llegado a 440,5 mil toneladas entre enero y junio de 2024, superando en 6,7% a las registradas en el primer semestre del año pasado.