De la mano del recordado Mario Bragachini, la Estación Experimental del INTA Manfredi se ha especializado en trabajar en los procesos de innovación en maquinaria agrícola. Uno de los investigadores que sigue esos pasos es Diego Villaroel, que tiene como principal misión probar y ensayar con los equipos de última generación y tratar de acompañar el desarrollo tecnológico de las empresas nacionales que buscan competir con las grandes multinacionales. Él avisa que las innovaciones son tan veloces, que un cuello de botella es actualmente la disponibilidad de mano de obra capacitada para manejarlas y sacarles todo el provecho.
Con casi 15 años de experiencia, Diego se ha vuelto una voz autorizada en el rubro de la mecanización agrícola y la agricultura de precisión. Actualmente lidera un equipo que concentra su trabajo en el testeo de innovaciones en maquinaria agrícola. En diálogo con Bichos de Campo contó que las prioridades hoy pasan por las pulverizadoras que cuentan con sensores para realizar aplicaciones inteligentes que permitan un uso más eficiente de los insumos y de bajo impacto ambiental; y por mejorar la calidad de la siembra en el caso de las sembradoras. Son dos rubros donde las fábricas nacionales son muy competitivas.
“Tenemos una trayectoria en lo que es la validación de productos y últimamente estamos trabajando mucho en siembra. También hemos venido evaluando todo lo que fue pulverización selectiva en las dos principales marcas -que había al principio en el mercado- que traían sensores de acción a través de luces de LED. Hoy ya hay otros equipos en el mercado y muchas empresas están desarrollando un sistema de cámaras para la detección de malezas y trabajar en todo lo que tenga que ver con el ahorro de productos (químicos), aplicación eficiente de insumos y bajo impacto ambiental, que creo algo clave”, dijo el investigador.
El empeño de las empresas en desarrollar maquinaria agrícola de precisión también va de la mano con la incorporación de las ventajas que ofrece la inteligencia artificial, principalmente para el manejo de malezas.
Mirá la entrevista completa acá:
“Hoy en día hay varias empresas en el mercado con desarrollos nacionales que están trabajando con sistema de cámaras. La cámara, te permite no solo detectar la maleza o diferenciar el barbecho o el suelo de lo que es la presencia de malezas, sino también apuntar hacia lo que es la inteligencia artificial y empezar a detectar patrones de formas en la maleza, para poder trabajarla en sus diferentes ciclos o también en combinación con la presencia del cultivo”, explicó.
-Hace un par de años estos desarrollos fueron una promesa tecnológica ¿Hoy en que estado están?
-El primer pulverizador autopropulsado, fue hace 50 años y de una empresa nacional, y hoy en día ya estamos viendo innovaciones que se van actualizando año tras año. Hace diez años atrás, salieron los primeros sensores activos. Hoy tenemos cámaras que son de desarrollo nacional, es importante destacar eso.
-Todo esto es lo que se está viendo en en materia de pulverizadores. ¿También hay innovaciones en sembradoras?
–Es un punto muy importante todo lo que es siembra. Lo estamos trabajando dentro del INTA, porque la mayoría de las empresas sembradoras están trabajando sobre eso. Además tenés más de 50 fábricas de máquinas sembradoras y ese es un punto clave. El concepto está apuntando a trabajar con alta eficiencia y aumentando también la velocidad de trabajo. Es un desafío para las empresas desarrollar un producto fuerte y resistente para todos los sensores que la van a equipar.
“Hoy estamos hablando de calidad de siembra. Todas las empresas de agro-componentes e incluso fábricas de sembradoras están apuntando a un desarrollo que tiene que ver con la calidad de siembra, que apunta a lo que es la uniformidad espacial de la semilla, de la distribución y la uniformidad temporal, que no es mas que lograr la misma profundidad una respecto de la otra”, explicó.
Esta nueva visión permite que se genere un aumento del rendimiento de los cultivos, gracias a que se genera un equilibrio de las semillas dentro del surco. “En base a los estudios que nosotros tenemos dentro del INTA, la uniformidad temporal es la más severa de todas las condiciones, la que te va a impactar negativamente en el rendimiento, porque va a haber desuniformidad de emergencia, principalmente del maíz”, detalló Villaroel.
Siguió contando:_ “Otros desarrollos son los que tienen que ver con la incorporación de motores eléctricos. Lo ves en el corte por selección, en el corte cuerpo por cuerpo, en la dosificación correcta, en la respuesta instantánea del dosificador para el cambio de dosis mínimas a extremas”.
“Entonces hay muchos desarrollos que tienen que ver con la calidad de siembra, no con el ahorro de insumos o dosis variable y todo lo que hablamos siempre sobre agricultura de precisión sino más bien ahora en tratar de que la semilla que se ponga sea la que emerja”, continuó.
-Hasta ahora hemos venido hablando sobre maquinarias de desarrollo local. ¿Qué tecnologías desarrolladas por las grandes multinacionales en los últimos tiempos pudiste probar en el país?
–Nosotros siempre estamos abierto a todo desarrollo. Es más, muchos desarrollos que se van a venir, nosotros ya lo hemos probado hace años atrás. Tienen que ver con el mapeo de la calidad de los granos, mapear la proteína. Hace un par de años atrás ya confeccionamos mapas de calidad de proteína en cebada y en trigo en la zona de Tres Arroyos, por ejemplo. Todo esto se hace en cosecha. Por un lado medís el rendimiento y con otro sensor mapeas la proteína.
-¿En serio se puede medir proteína en plena cosecha?
-Hay una multinacional que ya tiene un desarrollo bien afianzado. Primero lo tenía en lo que era para el mapeo de picado de forraje y evaluar la proteína, el FDA y almidón. Ahora está trabajando en orientarlo a lo que es granos, soja principalmente y trigo, que creo que es el alto potencial que tiene el mercado hoy en día.
A la luz de estos adelantos, el investigador hizo énfasis en la necesidad de la capacitación del personal a que va a utilizar estas nuevas tecnologías en la maquinaria. Consideró que muchas veces el desconocimiento de los operarios provoca que muchas de estos equipos y funciones se exploten apenas al 10% de su capacidad y no se aprovechen al máximo sus potencialidades.
“Es el cuello de botella que vemos hoy en día. El desafío de las empresas pasa por el operario o trabajador de campo que está arriba de las maquinarias, ya sea una cosechadora, la pulverizadora o la sembradora. Tiene que ir a capacitarse. Las empresas tiene que trabajar para cambiar esa ecuación de adopción de tecnología para que el usuario las adopte, porque hoy tenemos ofertas por donde mires. Hay alta demanda de capacitación y creo que ese es el desafío, incluso de nosotros como institución. Tenés diplomaturas, especializaciones en casi todas las universidades”, señaló.
-Hay muchos pibes que no saben qué hacer con su vida y además piensan que el campo es aburrido, que es poco tecnológico o primitivo. Tal vez capacitarse y descubrir el uso de las tecnologías aplicadas al campo pueda ser una alternativa de desarrollo profesional.
–Hay chicos que quieren ver programación, quieren trabajar en una fábrica de cosechadoras o de sembradoras. Entonces la oportunidad y la demanda por parte de los estudiantes está, el desafío nuestro y de las empresas es tratar de simplificar eso. Por ejemplo que tengan la posibilidad de llegar a grandes marcas que están con las plataformas de gestión de datos, las aplicaciones en el teléfono celular y demás.