“Cultura de trabajo pero disfrutando de lo que se hace, tener coraje para animarse a arriesgar como emprendedor y empresario y respeto por todas las personas”. Alessandro Radici tiene todavía el tono y algunas palabras provenientes de su lengua madre, el italiano. Se crió en Bérgamo, el norte de Italia, cerca de los Alpes, esquiando y en una familia vinculada a la industria textil, sin embargo, sus padres, hace casi tres décadas, decidieron diversificar y producir granos y carne en Argentina. Un negocio del que se encarga
Los invito a desandar el camino de este economista con un MBA en la Universidad de Columbia, en Nueva York, que cuando llegó a Argentina tuvo que aprender (casi) todo de nuevo: “Yo vine acá con la formación de negocios y empresas de la escuela norteamericana, con ese chip y la verdad que acá tenés que cambiarlo y adaptarlo a una realidad que es distinta a cualquier otra realidad del mundo”.
Hoy 40 años, hace casi diez años Alessandro tomó la decisión de su vida: “Estaba en Estados Unidos, con un ciclo cumplido donde estaba trabajando y dije, voy para otro lado o me meto en el negocio familiar, y ahí surgió lo de Argentina”, cuenta en el capítulo 41 de El Podcast de tu Vida publicado en enero de 2022.
Radicado en San Luis, en Ser Beef tienen tres actividades: la agricultura (en 16.000 hectáreas con 7000 bajo riego y el resto en secano producen maíz y soja -producen alrededor de 50.000 toneladas de granos, el feedlot consume unas 200.000-); el feedlot que está sobre la ruta 7, entre villa mercedes y San Luis capital, con capacidad para 50.000 cabezas de las cuales el 95% son en sistema de hotelería; y una tercer pata que es la producción ganadera propia, con un rodeo de cría y recría. Desde 2023 decidieron agregar más valor vendiendo carne con marca propia, San Bernardo, envasada al vacío.
Alessandro valora y pondera la “calidez argentina”. Además, hablamos de alimentos plant based, fútbol, viajes en el tiempo, ¿pizza argentina o italiana?, música, series, comidas y más en el pin-pong del final. Pasen y lean…
-Se qué no sos futbolero porque lo hemos hablado “tras bambalinas”, y eras muy chico cuando fue el boom de Maradona en el Nápoli y el mundial Italia 90, puesto que naciste en el ´84. Sin embargo, no puedo dejar de preguntarte, al menos por lo que decían tus amigos, o lo que recuerdes ¿qué te acordás de aquellos años Maradona, mundial de Italia?
-Tal cual como decís vos. El fútbol en Italia es popular como lo es en Argentina, pero yo vengo de una ciudad que se llama Bérgamo, que está cerca de los Alpes, y siempre fui mucho más cercano a los deportes de montaña que al fútbol. Pero lo que me acuerdo era que nos juntábamos a mirar los mundiales con los amigos, era un evento social por más de que a mí, en lo personal, no me importara tanto el fútbol. Esa sensación tengo.
-Contame de Bérgamo, donde naciste. ¿Cómo era ese lugar? ¿Cómo estaba conformada tu familia?
-Bérgamo es una ciudad chiquita del norte de Italia, 100.000 habitantes, y además mi familia es de Leffe, un pueblito de 6.000 habitantes que está en los Alpes, los últimos 10 kilómetros de la cadena montañosa de la “pianura palana” o llanura Padana, que es donde está Milano, las urbes más grandes. Es una zona muy linda, tiene mucha historia, y es más conservadora y fría de lo que uno se imagina de la sangre italiana, Romanos, napolitanos. Son pueblos de montaña donde la gente es más cerrada, no te diría alemana o suiza pero más cerrados. Eso me quedó de esa zona, después yendo a vivir a otros lugares.
-¿Y cómo fue tu infancia? ¿Cerrás los ojos y qué te acordás?
-Me considero un privilegiado, tuve una infancia muy linda, serena. Me acuerdo, más allá de ir a la escuela, los dos eran amantes del aire libre, el esquí, la montaña, me acuerdo de muchos momentos de caminatas. De vacaciones a mi padre en verano le gustaba ir al mar en Grecia u otros lugares del Mediterráneo que no eran tan turísticos como ahora, íbamos a explorar lugares turísticos. Cuando cayó el Muro de Berlín el lado de la familia de mi madre era de República Checa, se escaparon a Italia antes de que se dividiera en dos bloques Europa, entonces cuando se pudo volver empezamos a ir bastante para conocer ese lado de Europa. Muchos recuerdos de chico tengo de esos viajes.
-Con mucho vínculo con la naturaleza por lo que me contás…
-Mi familia tiene una historia industrial vinculada a las fibras sintéticas, de nylon, fibras plásticas, más ligada a la fábrica que al campo. Entonces, antes de mudarme a Argentina no tenía casi idea del campo. Lo empecé a conocer cuando me mudé hace unos años a San Luis. Soy un extraño que empezó a conocerlo y aprendió un montón de cosas y destaco muchas cosas lindas, entre otras, el vínculo que la gente tiene con la actividad.
-¿Y cómo surgió para una familia italiana, más vinculada a la industria, comprar campo en Argentina?
Te voy a responder según lo que pude reconstruir, porque era chico y mucho no lo hablé. En los 90s hubo una movida de italianos que vinieron a invertir en Argentina, con el fin de la dictadura, la estabilización económica, se dieron varias cosas, y creo que la base estratégica de la inversión era diversificar en otra actividad que no fuera el corazón del negocio familiar y al mismo tiempo, había mucha investigación en fibras derivadas no del petróleo sino del maíz. Creo que ese también fue un gancho. Era algo distinto pero que en un futuro podía ser sinérgico a la actividad que ya estaba haciendo la familia. Eso explica cómo llegamos a Argentina. ¿Cómo llegamos a armar lo ganadero en San Luis en vez de comprar un campo en una zona núcleo? Eso no lo entendí.
-Bueno, San Luis era una provincia en crecimiento, quizás vieron la oportunidad allí. Era un acto de fe quizás, de alguien que les tiró un dato…
-Creo que el espíritu emprendedor les ganó. Porque acá los terrenos que se compraron acá eran de mucho monte, de ganadería extensiva, pero con toda una infraestructura hídrica ya armada y la posibilidad de poner mucho riego. La idea era comprar tierras ganaderas y transformarlas en tierras agrícolas. Ese desafío los entusiasmó.
-¿Y cuál es tu historia con Argentina? ¿Qué estabas haciendo y cómo fue que hace 5-7 años te viniste?
-Esta fue una decisión en libertad. Yo de formación son economista, estudié economía y administración de empresas en Italia. Y después empecé a trabajar para una consultora estadounidense en Milán. Ahí me quedé un par de años. Después esa consultora me pagó un posgrado y ahí me fui a Nueva York, la Universidad de Columbia, y me quedé trabajando 3-4 años. Así llegué a 2015 que ya tenía cumplido el ciclo en la empresa y empecé a pensar: o busco otro trabajo trabajando para otro, o está esto que es el legado de la familia, que en ese momento lo manejaba mi madre, que cada tres meses venía 15 días y se volvía a Italia. Y la verdad que el entusiasmo de poder venirme a Argentina y manejarla de otra manera me entusiasmó.
-¿Qué cosas sabías de Argentina antes de venir y qué cosas te sorprendieron cuando llegaste?
-Te respondo en dos partes. En la parte humana y social, yo en Argentina había estado antes, pero de vacaciones, por periodos cortos. Sin embargo, me acordaba de la calidez y facilidad para hacerte sentir parte y eso es algo que cuando vine me causó buen impacto. Sobre todo, viniendo de Estados Unidos que me encanta, pero donde la gente es muy fría y hay una gran separación entre una relación de negocios y una amistad. Me impactó como acá las dos cosas se interconectan. Yo me acuerdo un viaje en auto para visitar un campo en el primer semestre que estuve en Argentina donde una persona que tenía dos chicos adoptados me contó cómo había sido el proceso, y cómo venían llevando todo, con mucha honestidad, y pensé: esto en Estados Unidos no hubiera pasado nunca. Hubieran sido tres horas en un auto, sin aprender nada de la vida, mientras que acá me quedé con un aprendizaje totalmente honesto. En ese sentido, siempre Argentina me hizo sentir muy cómodo.
-Y el otro capítulo, imagino más el de los negocios, o el político-económico…
-Bueno, si ese, si querés lo abrimos… pero por ahí mejor que no lo abramos… Ustedes están acostumbrados a cosas que para uno que viene de afuera por más que uno esté preparado, porque yo siempre seguí la economía argentina, y leía diarios de acá aun estando afuera, pero igual, cuando uno viene acá y la vive, es increíble. La inflación, cómo cambian las condiciones cada seis meses, es una locura. Yo vine acá con la formación de negocio de una escuela de MBA de Estados Unidos, de una consultora de negocios estadounidense, y con cierto chip y la verdad que acá tenés que cambiarlo y adaptarlo a una realidad que es distinta a cualquier otra realidad del mundo.
-Claro, a vos te enseñaron que 2 más 2 es 4. Y acá 2 más 2 no siempre da 4…
-Si, tal cual. Y que un préstamo a largo plazo son 18 meses. Ese no es un préstamo a largo plazo. ¿Qué podés construir en 18 meses que te de un retorno para pagarlo? Un ejemplo…
-¿Y qué otras cosas del potencial que hay acá te gustan? ¿Qué te motiva?
-Todos sabemos que el agro argentino tiene un potencial enorme. Si yo te hablo de la zona nuestra en particular, San Luis, creo que tenemos una agricultura heroica porque vos te movés 30 kilómetros al oeste y ya es monte. Estamos en la frontera agrícola. Pero estamos en una zona excepcional para hacer engorde a corral. Si vos comparás el clima de los grandes feedlots estadounidenses de Texas, es muy parecido a lo que tenemos en San Luis. Con un clima perfecto para hacer mestizos. Produciendo carne de calidad. Yo veo esto y digo no hay zona en el mundo que pueda decir que tienen mejores condiciones ambientales, climáticas, de know how, genética, gente, infraestructura, comunidad que la que tenemos acá. Y es apasionante. Sobre todo, cuando pensás que en Italia es heroico el rebusque de la ganadería con extensiones de 10 hectáreas. Vos tenés 100 hectáreas en la Pianura Palana el norte de Italia y eso es un mega emprendimiento. Si la humanidad sigue creciendo, a las tasas de hoy, el granero del mundo tiene que estar en Sudamérica. Tenés África también.
-¿Cómo ves el vínculo de la gente que no es del campo, los consumidores, y los productores de alimentos? ¿Y cómo es en Italia?
-Hay aspectos de los cuestionamientos que se escuchan acá que están en el mundo también. El tema del impacto ambiental de la agricultura moderna, el efecto invernadero, maltrato animal, etc. Nosotros tendríamos que involucrarnos más como sector para poder explicar también lo que hacemos. Deberíamos tomarlo más en serio, con un rol más activo. Y después está el tema del concepto del oligarca, de la persona de campo como un explotador, con muchas hectáreas, mucho poder, que negrea. Eso lo encontré solo acá. Lo puedo entender en términos de la raíz histórica de esto, pero me choca mucho con la realidad de hoy. ¿Qué diferencia hay entre lo que hacemos nosotros y lo que hace una pyme industrial? No tenemos personas en negro, los sueldos quizás deberían ser más altos para una persona que trabaja duro, pero deberían ser más altos en todas las actividades. No tenemos poder de formar precios. No sé, no está linkeado con la realidad del campo hoy.
-Estando en el negocio de la carne, no sé si es un tema que investigaste o no, pero quería saber tu opinión sobre los nuevos productos plant based, basados en plantas. Imitaciones de hamburguesa, mayonesa, etc…
-Probé el Impossible Burger y el Beyond Burger, la verdad que vos lo ves y estéticamente es muy parecida a una hamburguesa real de carne. Después si lo probás en el sanguche no te das ni cuenta que no es carne, si lo probás solo sí te das cuenta. Y responden a ese cuestionamiento que hay por parte de un grupo de consumidores sobre la producción animal. Sobre la vida del animal, la parte ética y la ambiental. Hay una movida muy fuerte en eso. Son cosas de nicho, tampoco exageremos, pero es un nicho que crece.
-Y como empresario de la carne ¿Cómo lo ves?
-Como empresario de la carne yo creo que tenemos que conocer qué está pasando. No creo que tengamos que pelear contra esas cosas la verdad que no está mal reducir el consumo de carne o proteína animal de los niveles que tienen los países desarrollados o la propia Argentina. Somos tantos en el mundo y estamos creciendo de una forma tal que cualquier forma de alimentarse la gente de una forma eficiente y limpia es para festejar y no para pelearla. Si tenemos que cuidarnos porque además de los plant based hay muchas empresas que están tratando de hacer carne en laboratorios. Si lo logran vamos a tener que ir adaptándonos.
-Para empezar a terminar el podcast te pregunto algunas cosas más personales. Si no hubieras economía, ¿había otra carrera en el medio? Un plan B… Capaz, viniendo de los Alpes, era esquiador profesional…
-Jajaj… Bueno, yo intenté ser esquiador profesional, pero a los 18 me di cuenta que con la performance que tenía era mejor estudiar (se ríe de nuevo). Por ahí por la influencia de familia siempre pensé que iba a hacer algo vinculado a la industria. Lo que terminé considerando como carrera era economía, gestión de empresas o ingeniería. Al final me orienté a la economía porque me interesaba el aspecto de economista puro, más allá de la gestión empresarial. Si no hubiera nacido en la familia que nací, quizás hubiera sido programador de computadoras. No hubiera sido una mala elección en estos tiempos…
-¿Qué legados recibiste de tus padres?
-Mi padre falleció (en 2002), se llamaba Fausto Radici, mi madre Elena Matous Radici (presidió la firma desde 2002 hasta 2015 que se incorporó Alessandro… ah, antes, había sido intendenta de Leffe, la localidad donde vive la familia, también una hermana de Alessandro, Vittoria). Y qué difícil pregunta porque si te mirás adentro, hay tantas cosas que uno hereda, aprende y recibe de sus padres… Pero las tres cosas más importantes que se me ocurren son: la cultura del trabajo, pero no en la obligación de trabajar sino de disfrutar de lo que uno hace, a mí padre le divertía ir a la fábrica. Y siempre me lo transmitió, he hecho a nivel semi profesional, es trabajo, es duro, compromiso, pero haciendo algo que te gusta hacer. Eso me parece un legado muy lindo. Otra cosa que aprendí de ellos es una sana relación con el riesgo, tener el coraje de hacer las cosas, de no tener miedo. Siendo esquiadores, después emprendedores se necesita de eso. Y después, lo más importante, el respeto para la gente, cualquier persona. No vi a mi padre en mi vida gritarle a nadie.
-¿Qué hacés cuando llegás a tu casa después de un día largo, de mucho laburo, qué te relaja?
-Depende de dónde esté, porque a mí me tocó vivir en una gran ciudad como Nueva York o en el medio de un campo acá. Siempre me gustó para relajarme hacer una actividad deportiva al aire libre, sea andar en bicicleta, o lo que el entorno permitiera. Salvo las noches de más cansancio y te tomás una copa de vino y mirás una serie o una película. A mí me encanta la parte social de juntarme con amigos, hacer un asado si estamos en Argentina o una pasta si estamos en Italia, pero eso es para los fines de semana. Para relajar necesito estar solo.
-Juguemos con el tiempo, supongamos que tenemos la máquina del tiempo y podes viajar a ese momento en el que estabas decidiendo qué hacer con tu vida… los 18-20 años…
-Yo creo que a ese muchacho le diría de tener coraje, no tener miedo a nadie ni a nada, ni a cometer errores y no perder el tiempo, no porque creo que lo haya perdido, pero sí en algún momento, durante la universidad podría haberle tenido menos miedo a ciertas cosas.
-Llegamos al tirando paredes de El podcast de tu vida, un pin-pong. La primera de esta serie es el país o ciudad que más te gustó y el que te gustaría conocer.
-La ciudad que más me gustó es Nueva York, sin dudas, porque la viví, me encantó, estuve en una época en la que es hermoso estar ahí, tiene una energía que pocas otras tienen en el mundo. Y el país que me gustaría conocer y que conozco muy poco es China, porque es una realidad que en los próximos años va a cambiar la forma de ser de todo el mundo.
-¿Asado, sushi o pastas?
-Asado, asado. No hay discusión.
-¿Cuál es tu comida favorita?
-A mí me gustan mucho los fiambres y quesos. Si vamos a cosas italianas. La pizza también. Y desde que estoy acá el asado es número 1.
-¿Pizza italiana o argentina? ¿Son iguales?
-La pizza argentina es muy distinta a la italiana, a mí me gusta la italiana.
-¿Qué diferencia tienen?
-Es más fina la italiana, tiene menos condimentos. Y masa es distinta.
-¿Una serie o película?
-Me empecé a fanatizar con el cine argentino. “Relatos Salvajes”, “Mi obra maestra”. Para mí tiene un humor el cine argentino y una forma de contar muy buena. Distinto de otro cine.
-Si tenés tatuajes cuál te gusta más y si no tenés qué te tatuarías…
-No tengo. Es difícil, porque vos te tatuás algo y a los cinco años cambiás y te lo querés sacar, pero está ahí.
-¿Un hobbie o una pasión?
-El sky, caminatas, escaladas, lo relacionado a la montaña. Eso lo extraño de Bérgamo.
-¿Un deporte que te guste mirar?
-Hasta hace 10-15 años miraba mucho deporte motor. Fórmula 1, motos. Fui a verlo en vivo, sobre todo Moto GP en vivo.
-¿Hay algún animal con el que te identifiques?
-A mí se me ocurrió el burro. No sé, pero en Bérgamo, el uso tradicional es que vos lo cargás de mercadería y pase lo que pase él llega. Esa forma de trabajar del burro, que no afloja frente a nada y hasta el día que muera cumple su objetivo. Me hace mucho acordar a mi ciudad.
-¿Qué superpoder te gustaría tener?
-Me gustaría volar. De chico soñaba que podía volar.
-Volvamos a jugar con el tiempo, ahora podés viajar a cualquier momento en tu propia vida o en la historia de la humanidad.
-Ahí me sale mi corazón de economista, te respondo de corazón, y no querría vivir ni estar en otro momento que no sea este. Yo creo que nosotros no tomamos dimensión de cómo mejoró y sigue mejorando el mundo. cada década que te vas para atrás el mundo es peor. No quiero ir a ningún lado, quiero quedarme acá.
-Como cierre, elegí un tema musical para cerrar la charla.
-Un tema de mi cantante favorito italiano de cuando era chico, el tema se llama “Vitta spericolatta”, de Vasco Rossi.