En los últimos años el sector agropecuario de las naciones integrantes del Mercosur comenzó a padecer la aparición de libros de texto escolares con contenidos ideologizados y sesgados referidos a las actividades rurales.
Las cuestiones que alguna vez fueron motivo de orgullo y sustento del arraigo y la identidad nacional, en los textos supuestamente educativos ahora aparece, en muchas situaciones, con imágenes cargadas de sospecha, oprobio y vergüenza.
Para intentar contrarrestar esa tendencia, el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay lanzó este año el libro “Nuestro Campo”, el cual pasó a formar parte de la currícula escolar de los últimos años de la escuela secundaria.
El libro tiene el propósito de “superar el quiebre entre el campo y la ciudad en nuestro país”, explicó el ministro de Educación uruguayo, Pablo Da Silveira, al presentar la obra. Y añadió que en el entorno urbano “hay ignorancia sobre el Uruguay rural”.
La obra –cuya primera tanda de impresión es de 50.000 ejemplares– precisamente está diseñada para explicar las cuestiones básicas referidas al agro, pero con una intención meramente informativa.
El libro, cuyo título es “Nuestro campo”, aborda el aspecto cultural, económico y social del medio rural y las actividades agropecuarias y contiene además información destacada sobre las oportunidades de estudio y de trabajo que residen en él.
Es decir: la obra pretende comunicar a los habitantes de urbanos que el agro es mucho más que una “postal”, pues contiene muchas oportunidades laborales y de desarrollo personal y familiar.
El libro está siendo distribuido a estudiantes de colegios secundarios de todo el territorio nacional y además la versión digital está disponible en Biblioteca País de Ceibal.
“El Uruguay no se entiende si no se entiende su campo. Nuestra historia, nuestra cultura, nuestra alimentación, nuestra economía, nuestra demografía y el propio lugar que ocupamos en el mundo sólo pueden explicarse si conseguimos mirar más allá del asfalto”, señala la presentación de libro. Las mismas palabras son aplicables para Brasil, Argentina y Paraguay.