El gran desafío presente en la campaña agrícola argentina 2024/25 no es de orden comercial sino financiero porque las empresas ya no tendrán acceso a créditos con tasas de interés reales negativas.
Así lo indicó el consultor Sebastián Lago durante una charla ofrecida este jueves en una jornada técnica de trigo realizada en la Sociedad Rural de Venado Tuerto por la región CREA Sur de Santa Fe.
“El principal tomador de crédito hasta diciembre del año pasado era el Estado nacional, pero hoy eso cambió y los bancos no saben dónde colocar los pesos”, explicó en un artículo publicado por Contenidos CREA.
En ese marco, el consultor comentó que este año el sector bancario comenzó a ofrecer créditos “en dólares” que en realidad consisten en préstamos en pesos “dollar linked”.
A comienzos de 2024 los créditos destinados al agro empezaron a ofrecerse a tasas de interés nominales del 2% al 3% y algunos casos incluso se llegaron a colocar con una tasa del 0%.
“Con una devaluación proyectada del orden del 140% anual, los préstamos en pesos dollar linked ofrecidos a un sector que produce bienes dolarizados eran una buena alternativa para los bancos. Sin embargo, cuando la expectativa devaluatoria comenzó a desacelerarse, la tasa de esos créditos comenzó a aumentar para que resulte interesante para los bancos”, apuntó.
Los precios de los futuros de dólar negociados en el Matba Rofex muestran actualmente una tasa de devaluación implícita cercana al 65% anual, la cual tenderá a reducirse si el plan de estabilización macroeconómica del gobierno tiene éxito.
“Por otra parte, si la economía comienza a recuperarse en algún momento del segundo semestre de este año, tenderá a haber una mayor competencia del crédito entre los diferentes sectores de la economía y eso podría impactar también en las tasas de interés”, proyectó.
En lo que respecta a la cuestión cambiaria, Lagos señaló que para unificar el tipo de cambio el Banco Central (BCRA) debería contar con un nivel de reservas de divisas sustancialmente superior al actual, con lo cual no cabría esperar novedades en la materia en el transcurso del presente año. Eso no implica que el gobierno no pueda implementar algún incentivo cambiario para evitar que el atraso cambiario complique por demás a los sectores exportadores.
El especialista indicó que la inflación de costos en dólares que está registrando el sector agrícola representa una luz de alerta ante un negocio que sigue sujeto a derechos de exportación y sin acceso al crédito de largo plazo (es decir, las condiciones presentes en países como Uruguay, Brasil o Paraguay).
Si a eso le sumamos un escenario climático desafiante –con una fase “La Niña” proyectada para 2024/15– y precios internacionales en descenso, entonces el panorama luce complejo.
“No existen en el mercado internacional fundamentos que permitan generar factores alcistas porque la demanda está planchada y la oferta está bien abastecida”, comentó.
Sin embargo, Lagos dijo que el creciente riesgo geopolítico puede llegar a producir eventuales distorsiones en los precios de los granos por factores eminentemente logísticos.
“Cuando Rusia invadió Ucrania, los precios del trigo se dispararon porque no había certidumbre sobre la continuidad del abastecimiento del cereal proveniente del Mar Negro; cuando eso se resolvió, los valores tendieron a estabilizarse para luego bajar”, explicó.
En resumen, Lagos recomendó encarar la campaña 2024/25 con una planificación adecuada que permita ponderar los diferentes riesgos asumidos en la actual coyuntura.