Recientemente, la Cámara que reúne a los matarifes (CAMYA) pidió al gobierno que no se duerma en los laureles del crecimiento exportador y que atienda a los problemas del consumo interno. La crisis no solo limita las ventas y la capacidad de pago de la población sino que favorece la proliferación de operadores que trabajan con diferentes niveles de informalidad, aprovechando la malaria.
En el mismo sentido se expresaron también desde FIFRA, la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales.
El directivo de dicha entidad, Daniel Urcía, dijo: “Hay que trabajar sin pausa ya que en situaciones como las actuales, en las que hay problemas en cuanto al poder de pago de la población, prosperan los que se aprovechan de las agujeros que dejan las normativas y controles, y terminan comerciando el producto sin las condiciones higiénicos sanitarias, fiscales y laborales con las que cumplen las industrias formales. Eso genera una competencia desleal con ellas y a su vez el riesgo de afectar la salud de la población”.
El dirigente de la industria cárnica indicó que es necesaria una activa participación del Estado y que los funcionarios y técnicos de las dependencias públicas trabajen en conjunto con el sector privado.
Bichos de Campo relató días atrás como en el anterior gobierno, la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuareio (la ex ONCCA) a cargo de Luciano Zarich desmontó casi por completo los controles electrónicos que se habían instrumentado para controlar la faena en los frigoríficos.
“Es necesaria la fiscalización del Estado en protección de la salud y de las empresas formales”, sostuvo.
Para ello, señaló, se requiere que “se optimicen recursos, se simplifiquen gestiones y también ser más eficientes tanto en el sector público como en el privado para lo cual se debe trabajar de manera coordinada y no tener miedo a los cambios. El proteccionismo y conservadurismo nos colocó en un estancamiento que lleva décadas. Para crecer hacen faltas reformas estructurales en leyes que den seguridad jurídica a las empresas y que aseguren la propiedad privada”.
En efecto, este año hubo algunos casos de síndrome urémico hemolítico que se podrían haber evitado “si las cosas se hubieran hecho bien tanto desde el sector público como del privado”.
Por otra parte Urcía se refirió a la necesidad de que el sector cuente con una Ley Federal de Carnes que contemple las necesidades del sector.
“Así como avalamos y reconocimos en su momento la iniciativa del Poder Ejecutivo Nacional de incluir en la ley de Bases un capítulo de Reforma a la Ley Federal Sanitaria de Carnes, con la finalidad de asegurar la inocuidad para los consumidores acorde a las exigencias y necesidades del siglo XXI, vemos como un claro retroceso que la misma no se haya incluido en el nuevo proyecto de ley. Haremos gestiones y solicitaremos la urgente reforma por otras vías o proyectos”, concluyó el dirigente.