México tuvo un fuerte debate en los últimos días respecto al uso y comercialización del popular herbicida glifosato, ya que este domingo 31 de marzo iba a ser el último día en que podía ser aplicado.
En febrero de 2023 el gobierno de ese país norteamericano, que es un gran productor de maíz en sus muy diversas variedades, emitió un decreto en el que le ponía fecha de vencimiento al uso del glifosato, estableciendo que a partir del primer día de abril de 2024 quedaba prohibida su comercialización y uso, dejando paso a otros recursos o productos que lo reemplacen.
Es sabido que el mundo entero está investigando y probando diferentes alternativas al uso del glifosato, incluso ensayando con productos de origen biológico, pero sin resultados concluyentes aun, lo que supone que queda un largo recorrido hasta encontrar el sustituto que las autoridades mexicanas pensaron para 2020, cuando este tema se empezó a debatir.
El glifosato es centro de un debate global acerca desde que un Instituto de la OMC dedicado al análisis y la lucha contra el cáncer lo colocó dentro del listado de “productos potencialmente cancerígenos”. Frente a oleadas de consumidores que aprovechan este argumento para pedir su prohibición se encuentra un sector agrícola que lo halla como muy necesario para la producción de granos de forma extensiva.
En el caso mexicano, finalmente la presión del sector agropecuario local hizo que el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador prorrogara la medida que le ponía fin al glifosato por estos días, puesto que ese sustituto que se mentaba hace algunos años sigue sin aparecer.
El Consejo Nacional Agropecuario (CNA), principal entidad que defiende a los productores agropecuarios mexicanos, celebró la decisión del gobierno de mantener vigente el uso del glifosato en la agricultura hasta que se encuentren alternativas viables que no comprometan la seguridad agroalimentaria de México ni la producción de alimentos.
El decreto presidencial publicado en febrero de 2023, que buscaba la sustitución y prohibición del glifosato, “aún no ha logrado concretar las condiciones necesarias para garantizar la producción agrícola, minimizar el impacto de la sustitución y contar con alternativas técnica, científica y económicamente viables”, afirmó Juan Cortina Gallardo, a cargo de la organización ruralista.
En este sentido, tanto la Secretaría de Economía (SE), la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Agricultura) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informaron que no se han concretado las condiciones para sustituir el uso del glifosato en la agricultura mexicana.
La medida, que según entienden desde los entornos productivos, hubiese generado una catástrofe productiva en México, se pospuso. Algo parecido sucedió en la Unión Europea, que ya prorrogó en dos ocasiones los permisos que habilitan el glifosato. En ese caso, además, organismos científicos europeos han vuelto a hacer análisis sobre su toxicidad, relativizando el veredicto de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Distintas organizaciones ambientalistas que habían lanzado la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País se manifestaron desilusionados con el revés decretado por el gobierno. “Hay condiciones para sustituir el uso del glifosato y cambiar el modelo de producción de alimentos en nuestro país. No podemos dar ni un paso atrás en lo que establece el Decreto”, dijeron en sus redes sociales, donde además han empezado a reclamar la renuncia del histórico secretario de Agricultura mexicano, Víctor Villalobos. En Argentina, en tanto, rige la amenaza de una prohibición al glifosato en Misiones, provincia productora que ha decidido reemplazarlo en dos años por productos orgánicos, y en Chubut, donde su uso era siempre muy bajo porque esa provincia carece de agricultura. El de México sería el primer caso donde se prohíbe por completo sin atenuantes el uso y comercialización.
Ante ello, el CNA celebró que el Ejecutivo Federal, a través de las dependencias involucradas, “continúe en la búsqueda de un herbicida de amplio espectro que mantenga la productividad de los productores que dependen de este insumo”.
“Es fundamental que las opciones que se consideren estén disponibles en cantidades suficientes, sean accesibles en costos para todo tipo de productor, estén basadas en ciencia y se encuentren integradas a las cadenas de comercialización a nivel nacional”, comentó el director del Consejo Nacional Agropecuario de aquel país.
Por su parte, la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), estimó que de haberse concretado la prohibición a partir de abril se hubiera generado una crisis agrícola, ya que se recortaría en un 40% la producción de cereales en aquel país del norte, de acuerdo a lo que informó el medio especializado Tierra Fértil.
Hablan de México para no hablar del desastre de Milei, del robo de Caputo ni la contaminación en Argentina.