El 2023 será recordado para siempre como el año en que la sequía destruyó buena parte de la productividad argentina. Es que hace solamente 12 meses, nos encontrábamos atravesando una intensa falta de precipitaciones, con olas de calor desesperantes, que derrumbaron una gran cantidad de indicadores productivos, particularmente los agrícolas y ganaderos.
En términos agrícolas y de producción de granos, la reducción producto de la falta de precipitaciones fue del 50% respecto a años donde la producción es estándar, o habitual.
En la ganadería, al tratarse de ciclos biológicos más extensos, los resultados del impacto de la sequía se conocieron recientemente, ya que se publicó el informe oficial con los stocks ganaderos al 31 de diciembre. Esto quiere decir que podemos conocer la cantidad de cabezas bovinas que hay en Argentina, y de esta forma contabilizar las pérdidas que se dieron por la escasez de precipitaciones, y por ende de pasturas que alimenten al ganado, fenómeno que llevó a mortandad de animales, índices productivos bajos, y reducción del stock total.
Según el informe que elabora la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, en Argentina hasta el 31 de diciembre del 2023, el stock bovino fue de 52.783.892 de cabezas totales. Producto de la sequía, la reducción durante el año pasado fue de 1.4 millones de cabezas, representando un 2,7% del total nacional.
De estas cifras se desprende que en la categoría de vacas, la reducción fue de 600 mil cabezas frente al cierre anterior, a diciembre de 2022.
Por su parte, el resultado del stock terneros es del orden de los 14.685.000, que representa una reducción de unas 444.000 cabezas (-2,9%) respecto al año anterior.
Al analizar este resultado, donde si bien se registró una caída en la cantidad de cabezas, no fue tan pronunciada como se esperaba por parte de analistas y consultores dentro del sector ganadero, lo que termina por ser una buena noticia.
La estimación de perdidas de distintos analistas hablaba de pérdidas que superarían ampliamente el millón de cabezas de terneros, algo que finalmente no ocurrió, resultando una caída menos dolorosa y siendo de una fracción de lo esperado.
Además de la sequía, esta reducción está comparada con el resultado del año anterior, el 2022, que resultó ser el récord histórico en cantidad total de terneros logrados en la ganadería argentina, de acuerdo a lo que manifestaron las fuentes oficiales.
Además, estos números con las existencias actuales, demuestran que actualmente con menos vacas de las que teníamos en el 2007, se producen más terneros que a la misma fecha, lo que resulta una mejora en unos de los principales indicadores de eficiencia productiva.
Las autoridades explicaron “Por más que resulte una reducción del stock, es coherente si se analiza el stock del año anterior y la faena del año 2023, y a su vez demuestra la fuerte resiliencia de la ganadería argentina, máxime en el marco de las inclemencias climáticas que estuvo afectando a todo el país durante tres años consecutivos, recuperándose las lluvias y es producto del uso de distintas herramientas tecnológicas, sanitarias, de manejo y conservación que permiten al sector producir de manera más eficiente y sostenible a lo largo de los ciclos productivos”.
“Producto de este número de terneros/ras, resulta una relación ternero23/vaca22 de este año del 63,8%, siendo este un resultado superior al promedio de la serie (61,8%) en lo que respecta al nivel de eficiencia reproductiva del rodeo nacional, lo cual es meritorio dado el contexto climático”, analiza el informe oficial.
Si se analiza por regiones, en el centro del país, donde se encuentra la zona núcleo, el stock tuvo una disminución de 3,4%, donde se contabilizaron 33.6 millones de cabezas. En el NEA, la reducción de bovinos fue de 2,3%, en el NOA 0,4%, mientras que en Cuyo y Patagonia, la cantidad fue mayor: el crecimiento del plantel total fue de 0,8% y de 3,5% respectivamente.
Este análisis y validación de la consulta de las existencias de bovinos al 31 de diciembre del 2023, es parte del Sistema Informático de Gestión de Sanidad Animal (SIGSA) del SENASA, y se realiza en conformidad con lo establecido en la Resolución MAGyP Nº 105/2019 y la Disposición ex SSG 6/19.
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