El área de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) manifestó en un comunicado su preocupación por “el agravamiento de la crisis que atraviesan los 32 complejos productivos, que generan miles de empleos”. Se trata de más de treinta economías regionales que se agrupan en dicha entidad.
CAME mencionó los problemas de los productores de legumbres, leche, vino, tabaco, miel, yerba, cítricos, frutas finas y verduras, entre otros. En los rubros agrícolas, según el comunicado, “se registra un nulo o escaso nivel de rentabilidad en plena época de cosecha que impide cualquier planificación a corto y mediano plazo”.
El comunicado puso como ejemplo el sector de peras y manzanas que se concentra en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. “Los costos de producción (próximos a cosecha) superan por amplio margen los precios finales que recibirán los productores”, advirtió la entidad. Según sus números, el costo de producción de ambas frutas ronda los 12 pesos por kilo, pero los productores percibirán solo 6 pesos en el caso de la manzana y 4 pesos por kilo de pera.
Ver Came advirtió que en muchas economías regionales “la rentabilidad está en juego”
“Esta crítica situación se replica en el caso de las uvas de mesa procedentes de la región de Cuyo, donde los productores reciben unos 8 pesos, mientras que en góndola el precio ronda los 80 pesos por kilo (con una brecha del 1.000% entre las dos puntas de la cadena)”, se enfatizó.
Según el comunicado de CAME, el escenario también es negativo en el sector olivícola (asentado en las provincias de La Rioja y Catamarca), donde el costo de producción de las aceitunas se ubica en 20 pesos, al tiempo que los productores perciben apenas 22 pesos por kilo.
“La mayoría de los complejos productivos deben afrontar, además, una fuerte caída del consumo interno que no sólo afecta la rentabilidad sino también incrementa los costos fijos de las explotaciones en el interior del país”, indicó la entidad.
CAME presentó ante el Ministerio de Producción una propuesta diferencial destinada a las producciones primarias de las Economías Regionales a través de la imposición del adelantamiento del Mínimo No Imponible. Se apunta a que las Pymes del interior accedan a los beneficios estipulados en el artículo 167 de la Reforma Tributaria, que contemplaba una reducción en el costo de contratación de mano de obra.
“Así se busca mejorar la rentabilidad de los productores, fuertemente afectada por la suba de costos internos, la elevada presión tributaria, la dolarización de los insumos, el aumento de la energía y el encarecimiento de los créditos por la suba de tasas”, se explicó.