Los precios del ganado con destino a la faena siguen bajando. Este miércoles en Cañuelas, donde funciona el mercado que reemplazó al de Liniers, y con una oferta abundante de 10.600 vacunos, la demanda aprovechó para comprar con mayor comodidad. Eso derivó en una leve y nueva baja de los valores.
Luego del pico de precios que se dio en la semana posterior a la asunción del presidente Javier Milei, la tendencia fue siempre bajista.
Los precios corrientes del novillo fueron esta jornada de entre 1300 y 1500 pesos por kilo vivo, lo mismo se pagó para para los novillitos de feedlots, mientras que las vaquillonas se vendieron a entre 1250 y 1450 pesos. Con respecto a los precios de aquellos días de altos precios, el valor promedio del novillo cayó 15%, los novillitos retrocedieron 17% y las vaquillonas 16%.
La caída tiene que ver con los problemas que arrastra el consumo interno desde hace ya bastante tiempo y que se profundizaron tras la devaluación de diciembre, que disparó la inflación al 25% según diferentes estimaciones privadas. Y que pulverizó el poder adquisitivo de los salarios en pesos.
A eso se agrega que el sector de la sociedad que tiene poder de compra se encuentra en gran parte de vacaciones, lo que también reduce la demanda de carne en los grandes centros urbanos.
De todos modos, para este año se espera que la oferta de ganado para faena sea menor que la de 2024 y eso achicaría el volumen disponible para el consumo. De los 14,5 millones de animales que se vendieron a los frigoríficos en 2023, se espera que se pase a una oferta de 13/13,5 millones, y que quizás haya algo más de demanda exportadora si las condiciones de competitividad y la oferta de novillos y vacas lo permiten. Eso podría compensar el efecto bajista en los precios de un consumo muy golpeado.
Pese al escenario calmo de las últimas semanas, los precios siguen siendo históricamente altos. Respecto de los valores de inicios de 2023 el novillo aumento 350%. En los primeros 10 días de enero del año pasado promediaba los 300 pesos por kilo vivo.
A pesar de este fuerte incremento de precios, para el engorde a corral las cuentas no dan bien porque aumentó también el ternero, en porcentajes similares. El ternero de invernada que en enero del año pasado se vendía en 350/380 pesos -y la ternera algo por debajo- hoy se pagan entre 1600 y 1800 pesos. La suba fue de 380%.
También subió fuerte el maíz, que es la base de la alimentación en los corrales. En enero del año pasado valía cerca de 45 mil pesos la tonelada y ahora se en el disponible hay que pagar casi 160.000 pesos. Es decir, aumentó cerca de 4 veces.
En este contexto las pérdidas son abultadas en este eslabón de la cadena. Según la Cámara de Feedlot llegan a 55.000 pesos por animal antes de cargarle el costo financiero de la inmovilización del dinero. Si se incorpora ese dato a la cuenta, la pérdida trepa a 200.000 pesos por cada novillo que se pone a engordar para producir más carne.
El punto de equilibrio para este sector se encuentra con una invernada en 1400 pesos, es decir, 20% menos de lo que vale hoy; y con un novillito de feedlot de 1700 pesos por kilo vivo, es decir un 15% por encima de lo que venden ahora ese animal a los frigoríficos.