La ganadería pegó un vuelco a partir del último trimestre del año, cuando comenzó a llover y entonces los productores del primer eslabón, los criadores de bovinos, dejaron de “achicar” sus rodeos de vacas para comenzar a “retener”, en función de recomponer su stock. Pero a esa altura, y a pesar de la fuerte suba de todos los precios ganaderos, el año 2023 estaba prácticamente perdido.
Un informe de María Julia Aiassa, la analista ganadera que trabaja para el Rosgan, analiza qué sucedió con el negocio de los toros, o más propiamente dicho de los reproductores machos que los criadores deben renovar con cierta frecuencia (salvo que apelen a la inseminación artificial o alguna otra técnica) para preñar a sus vacas e ir mejorando la calidad genética de sus rodeos. Con la ganadería planchada como estuvo, pues este segmento no la pasó mejor.
Usualmente los argentinos de a pie se detienen a pensar en los toros con la Exposición Rural de Palermo, donde los ejemplares desfilan y compiten por sus cualidades reproductivas (por ejemplo, la circunferencia de sus escrotos). Pero este es un concurso de la elite, y por eso los animales que obtienen cucardas y salen a remate, suelen cambiar de dueño por precios con muchos ceros.
Esa es la punta de un iceberg que, debajo de las aguas, es mucho menos vistoso y algunas veces mucho menos redituable. La mayoría de los toros en este país son adquiridos por ventas directas de cabaña a productor, o en remates del interior, mucho más módicos que los de Palermo.
Volvamos entonces al informe de Aiassa sobre el mercado de toros en 2023. Ella dice que como el año que pasó el criador fue “uno de los eslabones más golpeados por la seca y probablemente el que mayor descapitalización haya sufrido producto del desprendimiento forzado de hacienda”, entonces la consecuencia lógica es que esta realidad deprimió el mercado también el mercado de toros. Claro, sin rentabilidad no hay demanda. Preocupados en ver qué le daban de comer a sus vacas, para que no se les mueran, mirá si se iban a preocupar los ganaderos en conseguirle novio.
Por eso el precio de los toros se desplomó en 2023, al punto de llegar a ser 30% más barato que el del año anterior. Esa tendencia seguro comenzará a revertirse este nuevo periodo, porque con las lluvias vuelve a haber pasto y entonces el ganadero vuelve a interesarse en cómo mejorar su producción. La genética es una parte importante. Pero ahora que todos vuelven a mirar hacia acá, seguramente sea bastante más cara.
Por eso, si no aprovechaste el 2023 para comprarte un toro, andá a saber cuando tendrás un momento más favorable que el que transcurrió.
Durante los diez primeros meses del año pasado, dice el informe del Rosgan que las ventas de reproductores se desplomaron. El productor, según esta mirada, “apeló a restringir por completo su nivel de inversión, posponiendo o incluso rescindiendo el reemplazo de toros para priorizar la recomposición de
su rodeo núcleo”.
No se puede saber exactamente cuántos toros se vendieron. Pero Aiassa toma el dato de movimiento de hacienda del Senasa, que da cuenta de que con fines reproductivos entre enero y diciembre unos 76.000 animales cambiaron de campo, lo que representa 2% menos que en 2022 y 8% menos del promedio de toros trasladados en los últimos 5 años. Claramente, fue un año flojo.
“En este contexto, el mercado de reproductores terminó ajustando vía precios. De acuerdo a las estadísticas que surgen de las ventas realizadas en los principales remates y exposiciones del país, los valores pagados por los reproductores machos este año resultaron significativamente inferiores a los de 2022”, diagnostica Aiassa, que como buena analista evita la tentación de hablar en pesos (pues los valores sufrieron de la fuerte inflación general) sino que compara los precios de los toros medidos en equivalente kilos de novillo,.
Es decir, cuánta carne hubiera necesitado un ganadero para comprarse un toro.
En este ejercicio, el valor promedio de los reproductores comercializados durante 2023 se situó en torno a los 1.760 kilos de novillo. Ese indicador, comparado con los 2.500 kilos promedio resultantes de la zafra anterior, marcan un retroceso promedio del 30% anual en los valores reales de los toros.
Por eso, de nuevo, el título de esta nota: si no la viste, perdiste.
El 2024 según Ignacio Iriarte: Finalmente llegaría un buen año para los criadores
Incluso sobre fin de año, según este informe, “en un escenario en cual la hacienda para faena empezaba a corregir sus valores, el mercado de reproductores no logró acompañar esta adecuación de valores perdiendo aun mas puntos en esta relación”.
Un toro hubiera sido un regalo relativamente barato para las fiestas.
Hay otro modo de ver el fuerte abaratamiento de los reproductores. En los primeros meses de 2023 el valor de un toro -que por aquel entonces fluctuaba entre 1 millón y 1,2 millones de pesos corrientes- equivalía al valor de aproximadamente 5 toros de descarte (es decir el que se envía al matadero para hacer chacinados, seguramente). Pero en los últimos dos meses del año esa misma relación de valores había caído a la mitad: con menos de 2,5 toros de descarte era posible comprarse un toro ágil y esbelto, con mucha vida sexual útil (al menos 3 a 4 años) por delante.