Hace pocas semanas en Villa Angela, provincia de Chaco, productores apícolas de la zona salieron a la ruta a manifestar la crisis que enfrenta el sector. Sus problemas son varios, pero la falta de rentabilidad es vital. Con dinero en el bolsillo luego se pueden atender las demás cuestiones.
“Somos inviables en este contexto donde el producto que tenemos vale en pesos y nuestro insumo está en dólares. Subieron en 4 años un 400% y la miel está estancada hace 4 años”, indicó Alicia Tomaszuk, productora y miembro de “Fundación Mujeres Apícolas”, a Bichos de Campo.
Por las mieles claras les pagan 650 pesos y por las oscuras menos de 300. “No son precios rentables y por eso hay galpones llenos de tambores de miel”, explicó la productora, quien agregó que no encuentran mercado donde colocar el producto.
Uno de los problemas es que el mercado mundial exige un color de miel claro y espeso, y aquí se produce uno ámbar oscuro. “Es miel de monte o de cultivos extensivos como el girasol, y los cambios en la medición del color que se hicieron nos perjudicaron más”, indicó
Les queda la alternativa del mercado interno. Pero allí también hay dificultades ya que el consumo es de sólo 250 gramos por persona al año, cuando en otros como el de Medio Oriente llega a los 5 kilos, de acuerdo con lo que la chaqueña contó a Bichos de Campo.
En el mercado local además se les complica el acceso al circuito comercial formal del supermercadismo, ya que se les exige que cuenten con ciertos protocolos a los que no pueden acceder porque les resultan costosos.
“Entonces se comercializan como miel productos que no lo son, productos 4.0, hechos en laboratorio que en realidad son jarabe de arroz con 10% de miel. El alimento 4.0 sustituyó a los que podemos hacer en las quintas y granjas y eso hizo que los precios que cobramos no sean rentables. Nos piden ser eficientes, sustentables, pero sin renta no podemos seguir adelante”, agregó.
Alicia no baja los brazos y por eso forma parte de la Fundación Mujeres Apícolas, desde donde lucha para informar y concientizar a otras mujeres sobre los beneficios del consumo de miel.
“Somos un grupo de mujeres que apoyamos a otras en la capacitación e información sobre el consumo de la miel. Peleamos para que siga siendo un producto natural. Hacemos hincapié además en otros productos de la producción que son parte de la medicina alternativa como el propóleo o el polen, que con distintos productos como cúrcuma, jengibre, o canela se pueden consumir y hacen a medicina alternativa”, afirmó.
Alicia sostiene que la miel no es solo un producto dulce para acompañar al desayuno, si no que sirve para múltiples recetas, pero sobre todo para sanar sin tener que caer en la farmacología.
“La miel no solo es alimento, es un medicamento alternativo para diferentes dolencias y afecciones y como es natural no puede hacer mal”, finalizó.
Congreso Internacional de Apicultura: El INTA presentó sus estrategias para producir miel de calidad