A fines de julio se dio un primer aumento, muy esperado por la cadena de la carne, de los precios del ganado para faena. La suba se potenció luego con la devaluación que se dio tras las elecciones PASO y que llevó el dólar a los 350 pesos.
Pero desde entonces la realidad se impuso. La demanda interna no convalidó en el mostrador los incrementos del ganado que se dieron en el Mercado de Cañuelas y que superaron holgadamente a la inflación.
Además, en la segunda parte de agosto y en la primera de septiembre hubo una oferta fluida que desvaneció al fantasma del faltante de hacienda, que llevó a que en el cierre de julio los operadores salieron a pagar más por el ganado terminado.
Adicionalmente esta tendencia fue ayudada por las presiones de un gobierno a la industria frigorífica, en especial la exportadora.
En el Mercado Agroganadero este martes se ofertaron 10.500 animales, más que mucho frente a una demanda muy floja. Por eso los valores retrocedieron a los niveles alcanzados el viernes 11, antes de las elecciones primarias y de la posterior devaluación. En un mes, perdieron todo lo ganado desde entonces.
El novillo ahora se vendió con un promedio de 670 pesos cuando el viernes 13 su valor fue de 660 pesos. El novillito promedió los 700 pesos contra los 680 de ese momento. Las vaquillones hoy hicieron 668 pesos contra los 640 de agosto pasado. Sólo se salvó de la baja la vaca, cuyo valor promedio es de 536 pesos por kilo vivo, contra los 451 pesos que tuvo a mediados del mes pasado.
La oferta de esta categoría se viene reduciendo por una cuestión estacional en un momento del año en el que la demanda de China requiere de alto abastecimiento de carne, para los festejos de su año nuevo lunar que se dará a inicios del 2024.
En tanto, con respecto a la inflación, los precios logrados este martes registran un incremento interanual de 125%, es decir, empatan a la inflación. Pero ésta seguirá subiendo y los valores de la hacienda podrían estancarse en las condiciones macroeconómicas actuales, con un consumo cada vez con menos poder de compra, un gobierno que sigue interviniendo en el mercado y la todavía alta oferta ganadera.
En rigor, las posibilidades de nuevas bajas en la hacienda y de que vuelva a perder precios en términos reales son bien ciertas.
La oferta ganadera sigue siendo significativa. Los datos privados y de Senasa dan cuenta de que hay mucha hacienda en los corrales y que la producción de carne está en niveles significativos, más allá de algunos retrocesos el mes pasado. En agosto la oferta de carne fue de 280 mil toneladas y en lo que va del año la faena aumento 12% y la producción 10%.
Este diferencial es consecuencia de la terminación de animales más livianos. Por cada res faenada se logran 225 kilos, unos 10/11 kilos menos que el año pasado.
La caída de precios del ganado para faena impacta también en la hacienda de invernada. Los terneros de 180/200 se venden en 870 pesos y los más pesados con un promedio de 850 pesos, mientras que por las terneras se paga entre 820 y 830 pesos.