En declaraciones a Fernando Bertelo, periodista del diario La Nación, voceros del grupo JBS, el mayor grupo cárnico del mundo, negaron haber cometido alguna “irregularidad” en sus negocios en la Argentina, de los que acaba de desprenderse.
“No existe ninguna irregularidad en sus negocios en la Argentina o en cualquier otro país fuera de Brasil”, dijo la fuente de esa compañía, que en su propio país s eve envuelta en un escándalo de corrupción conocido luego de que sus dueños grabaran al presidente Michel Temer avalando el pago de sobornos.
La semana pasada, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa, sugirió que debería investigarse el desempeño de la empresa en el país, que compró seis plantas durante el kirchnerismo. “Alguien en nuestro bendito país, donde no existe la figura del arrepentido, debería estudiar el accionar de esta empresa con matriz de corrupción. Ver si dicha matriz se replicó en la Argentina, si hubo luz verde o connivencia con las autoridades nacionales, y buscar los mecanismos para que esto no se repita”, dijo el ruralista.Una fuente de la empresa desde la casa matriz en Brasil rechazó estas acusaciones y aclaró que sus plantas de Venado Tuerto y Pontevedera fueron adquiridas en 2006 en “subastas públicas” (remates judiciales), mientras que otras unidades (Rosario, San José -Entre Ríos- y Colcar) fueron compradas “de acuerdo a los precios de mercado”.Un artículo de Bichos de Campo señala, en este contexto, que las posibles irregularidades que algunas fuentes locales le achacan a JBS no tienen que ver con la adquisición de esas plantas de faena sino más bien con la apertura de cupos de exportación de carnes termoprocesadas, un negocio casi exclusivamente controlado por esa firma, en junio de 2008, en pleno conflicto entre las entidades rurales y el gobierno de Cristina Kirchner. Aquí se puede releer ese material periodístico.
La firma faena hoy 2000 cabezas por día en Rosario y produce 1.000 toneladas por mes en una planta de hamburguesas de Pilar. Tiene cerradas y no faena en las unidades de Venado Tuerto, Consignaciones Rurales (Berazategui) y Colcar (Jesús María). En Pontevedra tampoco faena, pero industrializa sebo. En tanto se desprendió de la planta San José de Entre Ríos.
En medio del escándalo, estos activos en la Argentina y otros en Paraguay y Uruguay fueron vendidos por unos 300 millones de dólares a otros grupo brasileño, Minerva Foods.