El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó este viernes la instrumentación de un nuevo acuerdo técnico con la Argentina para mantener vigente el programa económico hasta el próximo cambio de gobierno a pesar de los incumplimientos de las metas por parte de la gestión del ministro Sergio Massa.
El comunicado del FMI indica que en 2023 el objetivo de déficit fiscal primario para la Argentina se mantiene sin cambios en una proporción del 1,9% del PIB. “El cumplimiento de esa meta requiere un mayor endurecimiento de la postura fiscal en la segunda mitad de este año, respaldado por una serie de medidas de ingresos y gastos acordadas, mientras se protegen la infraestructura y los programas sociales prioritarios”, apuntó.
Por el lado de los ingresos, el FMI festejó que “los nuevos impuestos sobre el acceso a divisas para bienes y servicios importados y las nuevas medidas para movilizar la liquidación de exportaciones ayudarán a compensar los bajos ingresos generados por los derechos de exportación como resultado de la sequía”.
Es decir: el FMI festeja el decreto que amplió la semana pasada la aplicación del impuesto PAIS a la compra de divisas con destino a la importación de bienes generales (con una tasa del 7,5%), fletes (7,5%), servicios (25%) y bienes suntuarios (30%).
La medida no comprende a los combustibles, lubricantes, bienes vinculados con la generación de energía, productos e insumos intermedios relacionados con la canasta básica alimentaria, medicamentos y equipos para combatir incendios.
Pero, hasta nuevo aviso, sí comprende a todos los insumos empleados por el sector agropecuario, tales como fertilizantes, agroquímicos, maquinaria e implementos tecnológicos, lo que contribuirá a incrementar los costos de producción de la campaña 2023/24 en curso.
En lo que respecta a las “medidas para movilizar la liquidación de exportaciones”, se refiere a la instrumentación del “dólar agro”, una política distorsiva de corto plazo –la cuarta edición expira a fines de agosto próximo– que ocasiona problemas enormes de precios relativos en los diferentes eslabones de cadena agroindustrial.
Por el lado del gasto, el comunicado del FMI dice que “siguen siendo necesarios esfuerzos para contener el crecimiento de la masa salarial, actualizar las tarifas de energía para reflejar mejor los cambios en los costos de producción mientras se mejora la progresividad del sistema y fortalecer los controles de gasto a través de una asistencia social mejor focalizada y una mayor racionalización de las transferencias corrientes a las provincias y empresas estatales”.
Es decir: parte de la disminución prometida del gasto también será asumida por el sector privado porque el recorte de los subsidios energéticos tenderá a encarecer de manera creciente el costo de ese insumo crítico para muchas actividades del agro, como lechería, arroz, olivos y vides, entre otros.
En definitiva: lo que el FMI considera apropiado para cuidar la situación fiscal del Estado argentino representa, en gran medida, una nueva amenaza para la sostenibilidad (o supervivencia) del sector privado argentino.