La familia Soubelet llegó a la Argentina hace 3 generaciones, desde Francia. Allí eran productores agropecuarios, hacían ganadería de carne, y sobre todo leche, de amplio desarrollo en esa región.
Cuando llegaron a Argentina se instalaron en un pequeño campo en el pueblo de Rawson, partido de Chacabuco, donde siguieron haciendo lo que sabían: producir.
Con el tiempo y los cambios que se fueron dando en el país y en el sector, mutaron a la agricultura. Roberto Soubelet, es el nieto de aquellos inmigrantes y el encargado hoy en día de gestionar el campo familiar. Además, tiene alquilados otros campos chicos en la zona de Bragado, donde inauguró en 2014 su propia agronomía que se llama Euskal Agro, en honor a la tradición familiar.
“Fue cumplir un sueño, tener algo propio, por suerte estoy rodeado de un equipo de gente que no le tiene miedo a nada”, explicó Roberto que tiene la sonrisa dibujada en el rostro y un optimismo desbordante.
Roberto hizo la secundaria en una escuela agrotécnica de 25 de mayo, y luego estudió agronomía en la Universidad Nacional de La Plata. Cuando se recibió comenzó a vender semillas de maíz para una empresa estadounidense. “Empecé a tranquerear y a hacer buenas relaciones con los clientes”, algo que le sirvió como base para comenzar a vender insumos desde su futuro comercio.
Soubelet dice que la situación económica lo llevó a estar más atrás del escritorio que en los campos, asesorando a los productores que no tienen asesores privados respecto de cómo tratar a los cultivos que presentan algún problema o que variedad de semilla utilizar.
La incertidumbre política y cambiaria que vive la Argentina también modificó la actitud de los productores respecto de sus empresas. Ya no alcanza con producir, hay que estar encima de la cuestión financiera.
“Las empresas pasaron de ser productivas a ser financieras, no te quepa ninguna duda. Tenemos que negociar con nuestros proveedores la provisión de insumos, y al mismo tiempo ver qué condiciones comerciales le damos a los productores”, indicó.
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En tal sentido indicó: “Uno ve a productores muy buenos que al momento de tomar posición de venta del cereal, uno dice como no lo hizo, como no se calzo cuando se dieron las condiciones comerciales. Por otro lado, tenés productores que a veces no tienen el mejor resultado en la cosecha, pero mejores a nivel comercial”.
Soubelet explicó: “Tenemos toda una ingeniería comercial para los productores y financiera en la empresa, que tampoco nosotros quedemos descalzados porque si no vas a parar a la miércoles. Hoy todo el mundo hace cuenta por todos lados”.
Este joven productor y comercializador de insumos destacó que no pierde la fe en que un nuevo gobierno tome medidas que ayuden al sector, que potencien su desarrollo.
“Acá llovió y se pegó un volantazo, todos salieron a sembrar trigo, porque los productores no sabemos hacer otra cosa. Si nos sacan la pata de encima tenemos un potencial tremendo. Estamos esperanzados a que alguien diga vamos a darle una mano a estos pibes”.