Este domingo, el doctor Guilherme Henrique Figueiredo Marques, a la sazón el director del departamento de “Saúde” Animal de Brasil, comunicó a las autoridades veterinarias internacionales la aparición de un caso de Peste Porcina Clásica luego de casi una década en el vecino país.
El último episodio había sucedido el 20 de agosto de 2009, pero no se lo recuerda tan virulento como este. El nuevo caso sucedió en Forquilha, en el estado norteño de Ceará. Había una granja con 130 animales de los cuales 115 mostraron síntomas de la enfermedad y 112 murieron. No hace falta ser adivino para saber qué sucedió con los tres cerdos sobrevivientes. Serán sacrificados por las autoridades sanitarias.
“El brote fue detectado a partir de las acciones de vigilancia sindrómica para las enfermedades hemorrágicas de los cerdos”, indicó el informe del director de Saúde.
Figuereido Marques se ocupó en aclarar que “el estado de Ceará no forma parte de la zona libre de peste porcina clásica y el foco está a más de 500 kilómetros de los límites de la zona libre. Ya existen medidas restrictivas de movimiento de animales y productos entre la zona libre y la zona no libre de la enfermedad”. Intentó así amortiguar los potenciales impactos comerciales que la aparición de PPC podría tener sobre Brasil, uno de los principales jugadores del mercado global de carnes.
Aunque el foco también queda bien lejos de la Argentina, la aparición de la Peste Porcina Clásica en nuestro gran socio del Mercosur es un dato a considerar. No a punto de entrar en pánico, pero sí para sentir un poco de miedo. Y tomar prevenciones adicionales. En especial, porque la Argentina importa una buena cantidad de toneladas de cortes porcinos de ese origen. Y el país es considerado como “libre” de la enfermedad.
La aparición de un caso de PPC en Brasil se da en medio de una epidemia de Peste Porcina Africana (PPA) en todo el mundo. El 20 de septiembre pasado, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) expresó sus temores por esta situación: “La República Argentina es libre de enfermedad, la vacunación se encuentra prohibida por la Resolución 308/2004 y la sospecha o presencia de la enfermedad es de notificación obligatoria e inmediata a la autoridad sanitaria”, recordó, ante la aparición de casos de PPA en varias regiones.
Se trata de primas hermanas. La PPA es “una enfermedad hemorrágica altamente contagiosa que afecta a los cerdos domésticos y jabalís”, cualquiera sea su edad, provocada por un virus ADN de la familia Asfarviridae. Se caracteriza por fiebre alta, pérdida de apetito, hemorragias de la piel y órganos internos, y muerte entre los 2 y 10 días de contraída. Las tasas de mortalidad pueden alcanzar el 100%.
La PPC, que ahora apareció en Brasil, produce por su lado “pérdidas de animales como consecuencia de la alta morbilidad y mortalidad (50-90 %) y en reproductividad”. No se diferencia en casi nada de la africana y, por más que el virus no sea exactamente el mismo (en este caso es el Pestivirus de la familia Flaviviridae), “produce un alto impacto económico en los países afectados y causa pérdidas significantes debido al sacrificio e inmovilización de animales, al cierre de fronteras a cerdos vivos, carne fresca, productos elaborados con carne porcina no tratada, semen y embriones porcinos, y a los grandes costos de control y erradicación”.
El Senasa recordó que en nuestro país el último foco de peste porcina fue registrado en el año 1999. Luego de la aplicación de la Resolución 834/2002 se logra finalmente erradicar la enfermedad y en 2005 la Argentina se declara país libre. “A partir de ese año, y hasta la actualidad, se llevan a cabo actividades de vigilancia epidemiológica con el objetivo de detectar en forma precoz la reaparición de la enfermedad, y recolectar información para sustentar o documentar el estatus de país libre”, explicó el Senasa.
“La presencia de PPC provocaría grandes pérdidas económicas debido a las consecuencias de los focos y las medidas de contención aplicadas, donde mueren y se sacrifican gran cantidad de animales”, reconoció el Senasa, que ahora debería adoptar una posición pública respecto de Brasil, aplicando ciertas restricciones al comercio de porcinos y sus derivados.
MIentras tanto, la Peste Porcina Africana está haciendo estragos en varios países. Este lunes, por ejemplo, China confirmó un nuevo brote en la provincia de Liaoning, noreste del país. China reportó su primer caso de la enfermedad en agosto en ese mismo lugar, y desde entonces se reportaron brotes en varias provincias más.
Posteriormente la PPA apareció en Japón, donde no había casos en los últimos 24 años, y nada menos que en Bélgica, en el epicentro de la producción de cerdos de la Unión Europea.