Como en cada otoño/invierno, en las provincias del Litoral se están cosechando cítricos dulces que dejan un sabor amargo entre los productores. La distancia entre los costos y los ingresos del negocio se va ampliando de la mano de la escalada inflacionaria, que es acompañada por la devaluación del dólar.
“Estamos atravesando otro año complejo porque la sequía pegó fuerte y eso impidió el normal desarrollo de la fruta. Por eso mucho de lo que se tendría que haber vendido como fresco fue a las industrias para la fabricación de jugos concentrados y a menos precio del esperado”, dijo Favio Lovatto, productor de Mocoretá, localidad del sur de Corrientes.
En esa zona correntina hay unas 18.000 hectáreas con cítricos, en especial naranja y mandarina. Unos kilómetros más al sur, en tanto, aparecen otros 35.000 hectáreas pero ubicadas en la provincia de Entre Ríos. En bloque, se trata de la principal zona productoras de estas frutas. Cuando llegan los fríos la actividad comienza a intensificarse.
Pero este año, como en muchos de estos años, no retribuye todo lo necesario. “Estamos percibiendo entre 35 y 40 pesos por kilo y nuestro costo de producción para la campaña que se inicia post cosecha es de 130/140 pesos por kilo. La relación es 3,5 a 1”, agregó el productor.
Como pasa con la producción de granos extensivos, en el rubro citrícola también hay dificultades con la compra de insumos y sobre todo con los importados. “Están dolarizados, se paga en función del dólar del día. Yo pido insumos y me los entregan, pero el precio queda abierto hasta la cancelación porque hay mucha incertidumbre porque el riesgo cambiario es alto y todos se cubren”, explicó.
A eso se agrega que cuando venden también les pagan con plazos. En el consumo interno son un poco más cortos, pero cuando se exporta es a 90 o 120 días, según indicó.
Uno de los efectos de esta situación es que se termina haciendo un recorte de los costos de producción en la alimentación del suelo y de las plantas. “Les damos menos de lo que necesitan y eso implica menos producción en el futuro y, en definitiva, menos ingreso. Pero en este contexto no queda otra que seguir haciendo malabares para sobrevivir”.
Según Lovatto este esquema económico que sufre la citricultura, pero que es aplicable a diferentes actividades agropecuarias, “empuja a que el pequeño y mediano productor se vaya del sistema, no hay quien resista en estas condiciones”.
Explicó que por la seca hay mucha fruta, pero no con la calidad necesaria para el consumo en fresco. La demanda de la exportación también se reduce porque el atraso cambiario, el desdoblamiento cambiario y los derechos de exportación restan competitividad.
“Pero además de eso no hay un plan para la inserción de los cítricos dulces en los mercados mundiales, lo que tenemos son avances de determinadas empresas que logran concretar tal o cual negocio, pero no hay una estrategia política que ayude al desarrollo sectorial”, dijo el consultor Juan Pablo Stivanello.
Según sus cálculos hace pocos años “se exportaba entre el 25 y 30% de la producción y hoy eso se redujo al 10/15%. El sector requiere de un consumo interno más fuerte pero también de más exportación”, indicó.
35, 40 pesos? Aquí zona centro de Córdoba se venden dos kilos de naranja de jugo ( las más baratas las de ombligo mucho más caras)) 800 pesos!!!. Además horribles por fuera y por dentro No se alguien se queda con parte del león. Ahora acá está un problema y es que en los 90 se aplaudió que desaparezca el ferrocarril de carga pudiendo llevar la producción con poco gasto, bueno antes de lorear lo que dicen periodistas. interesados debemos empezar a pensar mejor. L o mismo espero no sea otra noticia más de esos que dicen algo y no es como los de que falta gente para trabajar. Creo que hay que ir desmitificando cosas para que podamos trabajar en lo que realmente se necesita.