El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) determinado por el Indec registró en marzo de 2023 una suba de 1,2% con relación al mismo mes de 2021.
Sin embargo, la actividad del sector agropecuario –principal generador de divisas de la economía argentina– registró en marzo pasado una caída interanual del 12%, según informó este martes el Indec.
La actividad agropecuaria en marzo pasado no sólo se derrumbó con respecto a un año atrás, sino que además es la más baja desde marzo de 2014.
No se trata de una buena señal, dado que, con ese antecedente, los registros correspondientes a abril y mayo de este año –cuando, con el ingreso de la cosecha gruesa, se registra el máximo nivel de actividad estacional– probablemente no logren superar ni por lejos a los correspondientes a los del ciclo 2017/18, que resultaron afectados por una sequía generalizada.
Si bien la causa principal del fenómeno es climática, la realidad es que la actividad en el agro se viene cayendo de manera sistemática desde el año 2020, pero ese fenómeno venía siendo disimulado hasta algunos meses atrás por elevados precios internacionales de los productores agroindustriales. La (otra) mala noticia es que esa tendencia se está evaporando.
Los contrastes entre sectores son enormes. La minería registró un crecimiento de la actividad del 12% en el último año de la mano de los desarrollo que se están realizando en el NOA para extraer y procesar litio.
La industria manufacturera logró crecer un 3,1%, a pesar de la crisis económica, en gran medida gracias al encerramiento de la economía (efecto “coto de caza privado” para la población que no puede viajar al exterior) y la posibilidad de disponer de maquinaria importada (cuando se podía ingresar) adquirida con un fenomenal subsidio cambiario.
El EMAE es un indicador provisorio de la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) del país a precios constantes de 2004 que se calcula en base a la agregación del valor agregado a precios básicos de cada una de las actividades económicas.