Durante el fin de semana, el Ministerio de Economía comunicó la decisión de que el Mercado Central de Buenos Aires pase a desempeñar el rol de importador directo de alimentos, con el propósito de intentar “reducir el precio efectivo de venta al público de productos frescos –frutas, verduras, hortalizas, carnes– y productos secos no perecederos”, para “defender el poder de consumo de las personas”.
Como no podía ser de otro modo, las entidades del sector agropecuario manifestaron su rechazo a dicha medida, que si bien fue comunicada, aun no se oficializó.
Nuevo rol mercado central_01Mediante un comunicado titulado “desalentar exportaciones e importar alimentos, el reino del revés”, Confederaciones Rurales Argentinas manifestó su posición y obviamente rechazo absoluto a la medida.
“El gobierno anunció que analiza la importación de alimentos libres de aranceles, como otra nueva “medida” contra la inflación. No deja de sorprender, dado que el problema inflacionario no se remite a un producto o rama productiva en particular, como los alimentos, sino que es un problema de raíz macroeconómica, responsabilidad únicamente de la política económica”, dijeron desde la entidad presidida por Jorge Chemes.
Luego, desde CRA se hacen muchas preguntas: “¿Tiene sentido usar las muy escasas reservas del Banco Central para gastarlas en importaciones de alimentos? Cuando esas reservas son imprescindibles para importar insumos que no se producen en el país, desde fertilizantes hasta piezas y accesorios de tecnologías varias para distintas actividades productivas. ¿Qué y cuáles alimentos se importarían? ¿Qué impacto tendrían en la medición del IPC? ¿Qué impacto tendrían realmente en la canasta de consumo de las familias?”.
Empero, la entidad ruralista siguió haciéndose preguntas y hasta responde: “¿Qué implicarían para determinadas producciones de alimentos nacionales, que van a vender aún menos, y así, agravar la crítica situación financiera de las empresas y golpear más la cadena de pagos? ¿Qué pasaría con los productores de frutas, verduras, carne, leche y otras producciones regionales, que reciben un precio interno que no cubre costos, tienen serios problemas de rentabilidad, no pueden ser competitivos con este tipo de cambio, y, paradójicamente, el consumidor no puede pagar el precio de estos alimentos, inflados de impuestos?
Las soluciones pasan por aplicar una nueva política antiinflacionaria, eliminando el déficit fiscal. Además, promoviendo la producción y las exportaciones, por ejemplo, avanzando en el Acuerdo Unión Europea- Mercosur, paralizado por este gobierno, donde se podrían exportar más alimentos, y no sumando importaciones innecesarias.
En un país que puede alimentar a muchos otros, y que lo hace en mucha menor medida por las equivocadas políticas agropecuarias, todas anti-exportadoras, aplicadas por este gobierno, plantear importar alimentos es, de alguna manera, vivir en el reino del revés”.
A su vez, compararon la situación de Argentina con el vecino Uruguay: “el Índice de Precios al Consumo (IPC) de Uruguay aumentó en abril 7,6% anual, con un alza mensual de 0,7%, incluyendo una suba mensual de 1,9% para los alimentos, claramente distante de los guarismos de la Argentina”.
’88: Alfonsín ordena a Mazzorin importar pollos de Venezuela, Hungría y Cuba para bajar la inflación.
’89: Corren a Mazzorin
2023: Massa ordena a Tombolini importar pollos para bajar la inflación.
Luego…..¿Massa correrá a Tombo cuando no funcione (de nuevo) lo de importar pollos de Brasil?
Estamos en la rueda de la Marmota
Y….Alberto Fernández fue abogado de Mazzorin. Jajaja!!!
Somos cabeza de termo, marmotas, peloduros,
El reino del revés es.el abuso de ustedes que no tienen freno a la voracidad no paran de especular. Ahora tienen un límite que es la conpetencia internacional, con algo hay que frenarlos. Hablan de la emisión pero la base monetaria aumento un 45 % y ustedes un 109 %. Ya es mucho el abuso se ustedes. Aplaudo la medida.