-Como biólogo, ¿qué le decís a los productores que todavía tiene un pedacito de campo menos domesticado? ¿cómo deberían reaccionar?
-Me gusta pensar en que los productores se reconozcan, se identifiquen como custodios del lugar que les ha tocado administrar, y no solo como propietarios. Me gusta pensar que entienden que el campo tiene una lógica natural, que viene funcionando mucho antes de que ellos llegaran ahí. Y que podría ser muy útil para ellos entender esa lógica para potenciar el trabajo del campo.
Así terminaba la charla que mantuvo Bichos de Campo con el biólogo Pablo Grilli, uno de los responsables de la Alianza del Pastizal, una iniciativa trasnacional que comenzó en 2004 con el objetivo de unir a biólogos, ONGs y productores para la de la conservación del Bioma Pampa, es decir, los pastizales que se extienden por Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina.
Para Grilli, hay una posibilidad de “entender al campo como una unidad mucho más compleja que una unidad productiva y nada más”. Es la posibilidad de producir y generar pequeños cambios que terminan siendo favorables para la conservación del medio ambiente. “Por suerte, además de que cada vez hay más apertura en el mundo de la producción, también hay cada vez más apertura en el mundo de los biólogos ya que veníamos de lugares distanciados, hasta enfrentados”, manifestó el biólogo.
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-Para que la gente lo entienda, ¿cuál sería la definición de ganadería de pastizal?
-Un pastizal es un ecosistema particular. En general un pastizal se considera a aquel ambiente que está dominado por especies de pastos, que nosotros llamamos gramíneas.
-¿No toda la ganadería que vemos al costado de la ruta se hace sobre pastizales?
-Para nosotros una pastura que fue implantada no es un pastizal, sino que es agricultura con un fin, que es el de producir forraje, que después termina siendo aprovechado por un animal. El pastizal a diferencia de una pastura tiene un origen natural. Cuando vos caminas por un pastizal, lo que ves es heterogeneidad que le imprimió a ese lugar la naturaleza.
-No es solamente la pastura implantada sino diversos tipos de pasto.
-Exacto. Pastos con otras plantas que conviven en el lugar, pero la matriz está dominada por diferentes tipos de pastos que crecieron ahí y que están desde mucho antes que llegáramos con las vacas. Se supone que para que un pastizal sea considerado como tal no tiene que haber una gran cobertura de árboles, puede haber algunos arbustos.
-¿Ahí entra tu rol de biólogo entonces? Porque vos estás mirando eso desde su riqueza histórica.
-Exacto. ¿Qué es lo que pasa con los pastizales en Argentina, y te diría con el Cono Sur de Sudamérica? Tienen una fuerte impronta sociocultural vinculada al uso del territorio. Si pensamos en Argentina, somos productores de materias primas, somos los responsables de producir carne para el resto del mundo.¿Y dónde se produce todo eso? En buena medida, en los pastizales. Entonces estos ecosistemas que son tan naturales como cualquier otro ecosistema, un bosque, un desierto, han tenido que soportar esa decisión histórica de ser la fuente de donde nosotros sacamos los recursos.
-¿Y esa sigue siendo la ganadería predominante, o ya no?
-Lo que sucedió con la ganadería es que la tecnología vinculada a la producción agrícola la fue desplazando a zonas marginales. Hoy la ganadería sobre pastizales naturales sobrevive en algunos lugares nada más, como en la Cuenca del Río Salado en la provincia de Buenos Aires; en la Cuenca del Río San Javier, en Santa Fe; en los Bajos Submeridionales de esa misa provincia o de la Cuenca de Río Aguapey, en la provincia de Corrientes. El desafío para un conservacionista es que esos valores naturales, especies en vía de extensión, viven en un ambiente que está destinado a la producción. No están adentro de un parque nacional.
-¿Puede ser sustentable ambientalmente un pastizal conviviendo con ganadería?
-Puede ser y lo es. Eso es lo que estamos demostrando con la Alianza del Pastizal desde hace más de 15 años.