Bichos de Campo cubría un inusual remate de animales menores en Misiones cuando se cruzó con la camioneta de Daniel Isusi, que junto con uno de sus hijos había hecho más de 1.000 kilómetros desde La Banda, en Santiago del Estero, en busca de vender algunos ejemplares de su flamante cabaña de ovinos.
¿Mil kilómetros? ¿Para participar de un remate? Ciertamente hay gente apasionada por lo que hace dentro del vasto y diverso agro argentino.
“Estamos llevando nuestra genética a varios puntos del país. Y sí, aquí en Misiones también estamos tratando de inyectar nuestra genética, en la que invertimos mucho”, nos contó Daniel minutos antes de emprender su viaje de vuelta.
Mirá la entrevista:
-¿Qué hace una cabaña de ovinos?
-Nosotros hace aproximadamente tres años trabajamos lo que es vientres (hembras) y después reproductores (machos). Madres y padres hacemos. Y bueno, el destino final es que se armen en distintos puntos del país grandes majadas (con las características de cada raza). Hacemos una selección y siempre tratamos de vender lo mejor.
La flamante cabaña de los Isusi se llama La Celia y tiene apenas tres años de vida. Daniel contó que su nueva pasión “viene un poco de herencia porque nací y me crié en el campo. Después, cosas de la vida, me fui a la ciudad. Con la pandemia, como tenemos un pequeño campo en La Banda, mis hijos empezaron. Teníamos unas ovejas criollas y investigando descubrimos el Dorpel”.
Se trata de una raza que viene creciendo mucho sobre todo en las provincias del norte del país. Es bastante buscada por los productores no solo por “la calidad de su carne, porque es un animal muy carnicero y muy precoz” sino también porque no tiene lana, y eso facilita mucho las cosas, pues evita los problemas frecuentes en la época de esquila, Cuenta Isusi que “al no tener lana te facilita el manejo. El tema esquila es un trabajo y en Santiago del Estero, por los calores, es una raza que se adapta muy bien”.
Los Isusi comenzaron a sumar ejemplares de Dorper a su majada de criollas, Y con el tiempo y las inquietudes, también se fijaron en la raza Santa Inés, que fue creada en Brasil, tampoco tiene lana y se adapta muy bien a zonas calurosas y difíciles.
“Es otra raza sin lana, de puro pelo, la Santa Inés. Vamos haciendo pruebas y estamos agregando carne con el Harper, siendo cruces de los que están saliendo unos animales espectaculares. Me gusta muchísimo la cruza en 50/50 de Dorper y Santa Inés. Vamos a hacer una prueba al 50, a la media sangre. Ponerle otro Dorper para ver a qué tipo de animal llegamos”, nos revela este novato cabañero, que ya sueña como los que llevan décadas en crear una nueva raza.
Si los ensayos terminan como creen, la llamarían Dor-san o San-dor. Todavía no saben.
Les conviene más exportar que vendérselo a la población los chino comen poco arroz y el resto compran toda la carne Argentina