Sin dudas al hablar de cebada, el ingeniero agrónomo Mario Cattáneo infla el pecho. Desde hace más de diez años viene siguiendo muy de cerca el desenvolvimiento de la producción de ese cereal en nuestro país, y hoy al ser preguntado por él lo caracteriza como un cultivo importante, ya no en un lugar secundario.
“La cebada dejó de ser un cultivo alternativo porque le ha ganado espacio al trigo. Ha crecido mucho sobre todo a partir del 2010, que es cuando ocurre una sequía muy importante en Rusia y Ucrania. Allí la producción de cebada cayó muy fuertemente y se habilitó sobre todo el mercado de la cebada forrajera y Argentina pudo entrar”, recordó Cattáneo en una charla con Bichos de Campo.
A ese hecho internacional se le sumó otro fenómeno local que fue la intervención del mercado de trigo en Argentina, durante la gestión de Guillermo Moreno como secretaría de Comercio Interior, que provocó que muchos productores que cultivaban cebada en zonas marginales lo hiciesen ahora en los territorios que destinaban a trigo.
“Cuando empieza la intervención del mercado, los productores descubren la cebada y eso luego coincide con la apertura del mercado internacional. Fue algo muy tentador. La cebada normalmente da más que el trigo, salvo en casos puntuales, llegando en promedio a dar entre 500 y 1.000 kilos más por hectárea”, señaló el agrónomo.
En los comienzos también existía “el cuco” de la comercialización de la cebada cervecera, según caracterizó Cattáneo, que respondía a los problemas de calidad que se podían llegar a percibir. Por eso, el fortalecimiento del mercado de la cebada forrajera permitió que el productor pudiera elegir mercados y tener buenos precios
“Hubo años en que incluso la cebada forrajera llegó a valer más que la cebada cervecera. Eso le ha dado impulso y hace que hoy estemos estabilizados en 1. 200.000 hectáreas, 1.300.000 por año. La generación de volumen ha permitido que Argentina esté presente en el mercado internacional. Este año seguramente va a ser de entre 4.1 y 4.2 millones de toneladas por los problemas de sequías y heladas”, detalló el especialista.
Estos pronósticos también tienen su lugar dentro de una publicación que Cattáneo realiza en forma periódica, y que ha encontrado un creciente público en el último tiempo dado el crecimiento de la masa crítica alrededor de este cereal, que ya cuenta también con una importante red de semilleros en el país.
En la última edición actualizó los números e indicó que para la campaña 2022/23, con un estimado de siembra de alrededor de 1,3 millones de hectáreas, se estima una producción un 30% inferior a la de la campaña anterior –entre 3.8 y 4.0 millones de toneladas-, con un saldo exportable de alrededor de 2,5 millones de toneladas.
Además indicó: “La Exportación para campaña 2022/23, en un mercado relativamente tranquilo, está ofreciendo los siguientes valores: 300 usd/tn para cebada cervecera y 260 usd/tn para cebada forrajera, ambos para la condición enero 2023. Los valores FOB Oficiales, informados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, al 13/01/23, son: cebada cervecera 410 usd/tn; cebada forrajera 345 usd/tn y malta de cebada 635 usd/tn”.
-¿En qué se distingue la cebada del trigo?- le preguntamos.
-Son cultivos que compiten en el mismo ciclo, pero la cebada tiene enfermedades distintas al trigo, controles sanitarios distintos, las resistencias o comportamientos frente herbicidas son diferentes. Hay parámetros que se buscan en la cebada que no se buscan en trigo. Por ejemplo: la cosecha es distinta porque la cebada requiere otras velocidades, sobre todo si va para cebada cervecera. El almacenaje es distinto porque la cebada sí va para cervecera se necesita que germine o que mantenga su poder germinativo, cosa que trigo si va para molienda no es necesario. Además, tiene que tener un determinado tamaño de grano, tiene que tener un determinado porcentaje de proteína y tiene que ser de una determinada variedad.
El especialista también marcó diferencias en el mercado. En cebada, al haber requerimientos distintos entre la cervecera y la forrajera, el productor puede elegir el destino de su cereal en función del precio, en tanto, según Cattáneo, se pueden mezclar variedades y se puede cosechar más húmedo ya que el estándar permite una comercialización con un punto más de humedad. Así, entre una y otra puede haber una diferencia de entre 20 y 40 dólares.
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-¿Qué perfil crees que irá tomando Argentina?
-Argentina siempre ha sido un muy buen productor de cebada cervecera, porque produce cebada de calidad, pero además porque el principal importador de cebada cervecera es Brasil. Entonces los convenios a través del Mercosur nos hacen muy competitivos para exportar cebada cervecera a cervecera Brasil, Colombia y Perú, países que también importan bastante la cervecera.
-¿Y en cebada forrajera?
-Nosotros hemos entrado en el mercado internacional de cebada forrajera. Normalmente era Arabia Saudita para los países de Medio Oriente. A partir del año 2020, China le impone una sanción a Australia, con un arancel de más del 80% sobre el valor de compra, y la saca del mercado. Ahí es donde Argentina entra como proveedor de cebada forrajera a China, y también una cebada que se llama FAQ, que se usa para maltería. Es decir que es una forrajera con menos exigencia que la cebada cervecera, pero se le pide cierto porcentaje de germinación.
-¿Ves que estos mercados son duraderos o es una moda pasajera?
-Lo cierto es que la producción mundial de cebada está en baja porque hace 20 años atrás estábamos hablando de 170 a 180 millones de toneladas. Ahora hablamos de 145 a 150 millones. La cebada es sobre todo un grano forrajero, pero ese uso como grano está siendo desplazado por el maíz. Por eso te digo que si los volúmenes no crecen, el mercado va a seguir existiendo. Lo que puede pasar es que haya un cambio de destinos, porque si de repente China y Australia se arreglan y China le vuelve a comprar al estar más cerca que de Argentina, queda libre el mercado de Arabia Saudita. Es como que las fichas se mueven y el volumen siempre está. Van a cambiar los orígenes y destinos.
-¿Tiene chances de crecer en Argentina o es un cultivo que llegó a niveles estables en el país?
-Yo creo que va a estar ahí en esos niveles estables, a lo sumo un millón y medio de hectáreas más. Pero la producción de Argentina para ser competitivo tendría que estar al rededor de los 5 o 6 millones. No podemos hacer 3 millones de hectáreas de cebada más porque ahí sí tendríamos problemas de mercado para colocarla.
-Si te llamaran las autoridades para hablar de cebada, ¿qué línea de políticas habría que implementar?
-Yo creo que habría que trabajar en darle valor agregado a la cebada. Argentina es una muy buena productora de la cervecera, que tiene un precio diferencial favorable. Habría que hacer políticas tendientes a hacer cebada cervecera con manejo, buscar mercado de cebada cervecera, impulsar también la ampliación de la capacidad maltera argentina.
-Hoy no absorbemos en Argentina cebada para hacer malta.
-No. Hoy Argentina tiene una capacidad de 850.000 toneladas de malta, que eso consume más o menos 1.100.000 a 1.150.000 toneladas de cebada.
-Menos del 30% del total.
-Claro. Y el resto se exporta. ¿Qué pasa hoy? Las condiciones no están muy dadas para que las grandes empresas inviertan en Argentina. Nosotros desde el año 2010 no tenemos presentes en el país al mayor grupo maltero del mundo, al mayor grupo cervecero del mundo y al segundo productor de malta del mundo. Pero ninguno ha querido invertir en malterías de la Argentina, aunque sí lo han hecho en Brasil. Entonces aquello de transformar donde se produce en este caso no se está cumpliendo.
-Al contrario. Se está cumpliendo todo como para que nosotros seamos grandes exportadores de grano sin procesar.
-Exacto. No vemos que Brasil tiene ventajas impositivas, financieras, de energía, por ejemplo, y que acá en la Argentina esas empresas no las han encontrado.
mario cattaneo un maestro de la cebada. fuimos compañeros en UNLP promocion 79. un gusto comoartir con el y con tantos otros destacados profesionales formados en esa epoca,